viernes, 3 de abril de 2009

Elementos para una Política Nacional de Patrimonio Cultural

"Elementos para una Política Nacional del Patrimonio Cultural: Una perspectiva desde la arqueología y la antropología" es el título de un comunicado que han emitido arqueólogos y antropólogos salvadoreños, la mayoría formados en el extranjero. Dos de ellos -Marlon Escamilla y José Erquicia- han sido mis profesores en la universidad; a Fabio Amador y a Federico Paredes los conozco personalmente y no dudo de su capacidad intelectual, académica ni de su interés auténtico por el patrimonio cultural de El Salvador.

Considero muy pertinente reproducir este documento dada la coyuntura de cambio de gobierno, ya que su aporte representa una visión autorizada sobre la compleja problemática del Patrimonio Cultural de El Salvador.

El documento dice lo siguiente:


La arqueología en El Salvador atiende a la necesidad de la sociedad de confrontar sus ideas sobre el pasado. Esto lo logra a través de la evidencia material de los procesos humanos de las diferentes comunidades asentadas sobre el paisaje Salvadoreño. Es por esto que resulta de vital importancia para un desarrollo crítico en los procesos intelectuales del país.

Asimismo, a través de la teoría y método de análisis antropológico se puede hacer una aproximación a los procesos políticos, religiosos, económicos e ideológicos de nuestra sociedad. Históricamente la disciplina ha puesto énfasis en el estudio de los pueblos indígenas, sin embargo durante los últimos treinta años ha existido un incremento en la exploración de procesos sociales en las urbes, lo cual incluye análisis críticos de tecnología, ciencia, y procesos transnacionales en el marco del mundo globalizado.

El rol que juegan tanto la antropología como la arqueología en los procesos educativos de los Estados Nacionales puede observarse con virtudes y defectos en el desarrollo de los proyectos indigenistas de principios del Siglo XX en América Latina que buscaban imprimirle a la nación una identidad nacional y cultural. El Salvador emerge del siglo XX como el país mestizo por
antonomasia. La utilización ideológica del concepto del "Salvadoreño mestizo", por parte del Estado, ha impedido que el país haga gala de la riqueza de su diversidad cultural. Una Política Nacional de Patrimonio Cultural debe de facilitar el ambiente adecuado para que las nuevas generaciones de científicos sociales exploren temas relacionados a la diversidad de formas, percepciones y narrativas biográficas apropiadas por la población salvadoreña.

Una política Nacional de Patrimonio Cultural debe impulsar la discusión pública de la observable diversidad de fenotipos de nuestra población, brindando datos para enfrentar ignoradas discusiones sobre la herencia africana, indígena, y las mas recientes migraciones provenientes del medio oriente y de asia al país. La evidencia arqueológica nos abre la puerta para explorar la manera en la cual los restos materiales revelan historias que difieren del discurso tradicional y nos dan la oportunidad de poner en el mapa a segmentos de la población salvadoreña anteriormente ignorados. Por lo tanto, una política Nacional de Patrimonio Cultural debe
incluir el apoyo a la investigación de las áreas anteriormente mencionadas, y estimular los esfuerzos intelectuales y creativos de los actores de la vida social y cultural del país.

Arqueología, Antropología y CONCULTURA: Breve Diagnóstico
El Salvador ha dado pasos en la profesionalización de la arqueología y la antropología tanto a nivel institucional como a nivel individual. Los esfuerzos en este sentido incluyen el inicio de las carreras a nivel de licenciatura en el país en universidades privadas y en la Universidad Nacional. Estos logros han sido apoyados con esfuerzos individuales de profesionales que han buscado estudios de maestrías y doctorados en universidades extranjeras. La última década ha visto esfuerzos que si bien han sido insuficientes, han dado frutos, considerando las limitaciones del medio.
Entre estos frutos se encuentran algunos aciertos como la reconstrucción física de las instalaciones del Museo Nacional de Antropología (MUNA) la creación del Departamento de Arqueología de CONCULTURA, y sus jornadas científicas; la organización por un pequeño grupo de profesionales del Primer Congreso Centroamericano de Arqueología en El Salvador en el 2005. También existen lamentables desaciertos, como la escasa producción intelectual del actual departamento de investigaciones del MUNA y el desabastecimiento de literatura pertinente en su biblioteca especializada; ademas de la desaparición de la Dirección de Investigaciones
de CONCULTURA. Adicionalmente, se han documentado arbitrariedades en las resoluciones de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural de CONCULTURA al omitir los peritajes del Departamento de Arqueología. Así mismo, se ha permitido la fuga de recursos humanos de la institución hacia otras instancias de la vida pública y académica por falta de respaldos institucionales.

Con respecto al Programa de Transferencias de Fondos (PTR) de CONCULTURA, es preocupante la manera en que ésta concede privilegios a ciertas ONG's, tales como la firma de convenios sin supervisión de la parte técnica, incluyendo poderes de manejo e investigación irrestrictos dentro de los parques nacionales. Ejemplo de ello es el socio privado del estado en el manejo y administración de seis parques arqueológicos, de un total de ocho que le pertenecen al Estado tal es el caso de la Fundación Nacional de Arqueología (FUNDAR). Dichos privilegos han sido notados por profesionales nacionales y extranjeros, que encuentran demasiada incongruencia en que los parques nacionales esten controlados por organizaciones cuyos miembros son coleccionistas de bienes culturales. El patrimonio cultural debera estar bajo el control, administración y estudio de profesionales que no tengan conflictos de intereses con las instituciones encargadas de regir la protección del patrimonio cultural. Dichos profesionales deberán facilitar el acceso a la información concerniente a planificaciones. Además es necesario establecer una política clara de división de jurisdicciones entre aquellos funcionarios encargados exclusivamente de la administración de los parques arqueológicos y los profesionales involucrados en investigacion cientifica.

Reconocemos que los parques arqueológicos lucen mejor atendidos. Sin embargo nos preocupa la poca transparencia que resulta de la falta de publicaciones sobre las investigaciones que se han realizado dentro de los parques arqueológicos (San Andrés, Cihuatán y Joya de Cerén) por FUNDAR.

Una Política Nacional de Patrimonio Cultural debe buscar elevar el nivel del debate en nuestro medio y evitar censuras académicas para así educar al público en general sobre la misión de las ciencias sociales en los procesos críticos de la vida nacional.

Este documento busca generar un diálogo abierto y respetuoso con el Estado, en su función de promotor del quehacer académico de la nación, y con el equipo de gobierno del presidente electo Mauricio Funes en este momento de transformaciones. En vista de lo antes expuesto, los abajo firmantes queremos definir nuestra visión de la arqueología y la antropología en el país para los años venideros.

Potencial de investigación. El Salvador tiene alto potencial para el desarrollo de la investigación arqueológica, antropológica, e histórica. El estado deberá poner mayor énfasis en el apoyo y protección de los recursos disponibles al investigador. Estos recursos incluyen la biblioteca nacional, el archivo general de la nación, biblioteca especializada del MUNA, y archivos municipales y eclesiasticos. El estado debera proteger el recurso humano e intelectual y evitar la fuga de profesionales capacitados y con experiencia mediante el establecimiento de fondos para becas de investigacion y estudio, además del continuo apoyo a los centros de investigación

Perfiles de dirección. El nombramiento de individuos con reconocidos méritos y aportes académicos en estas ramas debe ser cuidadosamente atendido. La Presidencia de CONCULTURA así como la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural deben ser ocupadas por profesionales nacionales capacitados en las Ciencias Sociales con interés indiscutible en la generación de conocimiento y con visión clara de liderazgo en la ejecución de una Política Nacional de Patrimonio Cultural.

Una reingeniería de CONCULTURA a corto plazo se vuelve inaplazable para reorientar la organización administrativa interna, la misión y los objetivos de esta institución. A pesar de que este documento no contempla dicha reingeniería, existe capital intelectual dentro y fuera de nuestro colectivo para diseñar un proyecto de esta naturaleza.

Procedimientos técnicos. Es pertinente la revisión de la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural de El Salvador y su Reglamento publicada en el Diario Oficial No. 68, Tomo 331, de fecha 15 de abril de 1996
http://www.csj.gob.sv/leyes.nsf/ed400a03431a688906256a84005aec75/c0f7d5b4f0df971406256d02005a3c2d?OpenDocument
Requieren especial atención las medidas preventivas contra la destrucción del Patrimonio Cultural; la definición de areas, zonas y sitios; y la propiedad, posesión, tenencia y transferencia de bienes culturales entre otros puntos.

Es de vital interés para el Estado mejorar los procedimientos técnicos necesarios para integrar efectivamente los registros nacionales para la protección de bienes culturales. El Estado debe realizar un esfuerzo para garantizar que el Departamento de Arqueología de CONCULTURA sea provisto de las tecnologías y las capacitaciones necesarias para este vital esfuerzo y así evitar
casos de DESTRUCCION DEL PATRIMONIO CULTURAL por negligencia en la aplicación de las regulaciones técnicas y por falta de información oportuna en otras dependencias del Estado. Un ejemplo de esta negligencia es lo ocurrido en el sitio arqueológico EL
CAMBIO, extensamente documentado en el periódico digital elfaro.net. Esta nota y otras relacionadas como la destrucción de
evidencia arqueológica durante la construcción de la carretera Diego de Holguín se pueden consultar en:
http://www.elfaro.net/secciones/el_agora/20070205/ElAgora1_20070205.asp
http://www.elfaro.net/secciones/Noticias/20080825/noticias1_20080825.asp

El Departamento de Arqueología de CONCULTURA debe contar con un mecanismo ágil para prevenir la destrucción del Patrimonio Cultural. La Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural define (en su capítulo 5, artículo 21) el papel que deberán jugar los municipios en cuanto al otorgamiento de licencias previas a actividades relativas a la modificación del entorno. Estos
procedimientos si bien tienen una intención preventiva, son ineficaces y frecuentemente son pasados por alto. Estos vicios de procedimiento son enteramente corregibles mediante una Política Nacional de Patrimonio Cultural que se apoye en el trabajo.

Propuesta para optimizar los procedimientos técnicos para el resguardo del Patrimonio Cultural

La optimización de los procedimientos técnicos en su rol preventivo y reactivo depende de una decision política del ejecutivo. A la fecha el Estado salvadoreño cuenta con los recursos informáticos adecuados para dicha optimización, pero carece de personal formado adecuadamente para llevarlo a cabo desde el Departamento de Arqueología, dependencia de la Dirección Nacional Se sugiere que el Departamento de Arqueología de CONCULTURA, como dependencia técnica de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, transfiera el Atlas Arqueológico de la Republica a un medio digital. Esto permitirá el mejor manejo del Atlas con
software de Sistemas de Información Geográfica (GIS por sus siglas en ingles). Esto requiere de la oportuna capacitación del personal de CONCULTURA y de una transferencia de tecnología en la que el Centro Nacional de Registros (CNR) será indispensable, debido a su calidad técnica y a sus recursos humanos. Cabe notar que ya existe un convenio entre CONCULTURA y el CNR que puede aprovecharse para profundizar la optimización de procedimientos sugerida.

Vínculo ineludible con los procesos de profesionalización.Las carreras de Antropología y Arqueología son recientes en nuestro país, y el Estado está en la necesidad de contratar profesionales capacitados para puestos públicos para así garantizar el efectivo resguardo de los intereses de la Nación. Los casos mas sonados de destrucción del patrimonio cultural en el pasado reciente se deben a la conducta impropia de ciertos funcionarios, pero
también a la falta de criterio de los mismos peritos en arqueología que trabajan para el estado. Por ejemplo, la delimitación de un sitio arqueológico y su declaración como área protegida depende en gran medida de la definición que el Estado use sobre lo que constituye
un sitio arqueológico. Esta es una discusión latente en la teoría arqueológica mundial de los últimos 30 años y sobre la cual el Estado salvadoreño no ha reflexionado lo suficiente. Errores como este contribuyeron a desencadenar la urbanización de porciones esenciales del Sitio Arqueológico El Cambio.

Enfasis en investigación. Tanto la Dirección de Publicaciones e Impresos como el MUNA deben destinar fondos para la investigación acedémica en el país, además de promover un clima de total respeto a la independencia académica en el medio. Tanto el acceso a recursos financieros, como la protección de la independecia académica, generarán el clima adecuado para la producción
académica crítica sobre nuestro pasado y nuestras concepciones sobre el mismo. Por ejemplo, debido a la falta de apoyo economico, se han quedado en el tintero las traducciones de las contribuciones de académicos extranjeros sobre el pasado arqueológico de El Salvador, como lo son los libros de los trabajos de Robert Sharer sobre Chalchuapa (1978), William Fowler sobre los Pipiles (1989), los trabajos de Payson Sheets sobre Joya de Cerén (2006), los trabajos de Kuniaki Ohi en Chalchuapa (2000) y Lyle Campbell (1986).
Además se hace urgente la traducción de la abundante producción antropológica e histórica que se está generando en el extranjero sobre nuestro país. Se propone la creación de un fondo de apoyo a la investigación antropológica y arqueológica en colaboración con instituciones educativas nacionales y extranjeras con el objetivo de generar conocimiento y publicaciones bajo un marco de total respeto a la independencia intelectual de la comunidad academica.
Además el Estado debe reconocer, proteger y apoyar la asociación de científicos sociales. Es la libre asociación y colegiación profesional la cual genera el capital cultural necesario para ofrecer peritaje y conducción de proyectos de investigación

Nuestro papel como profesionales de la arqueología y la antropología nos obliga a señalar la necesidad de mantener la integridad en la investigación arqueológica y antropológica de cara a las proyecciones del Estado en materia turística. Se considera que el Estado debe apoyar y promocionar un turismo controlado, es decir de bajo impacto en el cual la conservacion de los recursos culturales y naturales esté garantizada previamente a la apertura de un turismo masivo. El turismo no puede ser ofertado sin hacer paralelamente una tarea de reflexión sobre lo que somos como nación, y esto incluye procesos críticos de producción intelectual sobre
nuestro pasado y nuestro presente. Sin duda, en este aspecto el aporte de antropólogos y arqueólogos es fundamental.

Producción y reproducción de conocimiento. En este sentido, la disponibilidad de recursos economicos y el estímulo a publicaciones especializadas y no especializadas,
producidas por universidades y centros de investigación independientes, tales como las publicaciones gubernamentales que existieron en años previos al conflicto armado en nuestro país, dirigidas por el Museo Nacional "Dr. David J. Guzmán", deben cobrar vida nuevamente. El material a publicar debe desprenderse de proyectos de investigación donde exista una inversión constante y supervisada por instituciones apropiadas sin vínculos con el tráfico ilegal de bienes culturales tal cual lo estipula la Ley Especial, una práctica común en el medio local.

El modelo del Proyecto Nacional de Investigación. En países vecinos como México, Guatemala y Honduras, existen los Proyectos Nacionales de Investigación, que son
dirigidos ya sea desde instituciones del Estado o desde la Escuela Nacional de Antropología, en colaboración con Universidades locales y extranjeras. Dichos proyectos son determinantes en la producción y sistematización de conocimiento, generando debate en los círculos especializados, sirviendo de apoyo a la educación universitaria y a la que ingresa a los libros de texto de los programas nacionales de educación, alimentando la comunidad imaginada.

Lic. Federico Paredes Umaña
Candidato Doctoral
Universidad de Pensilvania
afe@sas.upenn.edu

Lic. Marlon Escamilla Rodriguez
Estudiante de Posgrado
Universidad de Vanderbilt
marlon.escamilla@vanderbilt.edu

Lic. José Heriberto Erquicia

Estudiante del Posgrado
Centroamericano en Ciencias
Sociales
FLACSO-Guatemala
jerquicia@flacso.edu.gt

Dr. Fabio Esteban Amador
Oficial Cientifico - Comite de
Investigacion, Conservacion
y Exploracion, National
Geographic Society,
Washington D.C.
famador@ngs.org

Lic. Carlos Martínez Ruiz
Estudiante de Posgrado
Universidad de Pensilvania
carlosre@sas.upenn.edu