jueves, 21 de julio de 2011

Transbordador Atlantis, viaje final



Foto: Víctor Hurtarte
ASTRO


Reuters Jueves, 21 de Julio de 2011
(Publicado en elsalvador.com)

El transbordador espacial Atlantis tocó tierra el jueves en el Centro Espacial Kennedy de Florida, completando una misión de reabastecimiento de 13 días a la Estación Espacial Internacional y poniendo fin a una odisea de 30 años del programa de transbordadores de la NASA.

El comandante Chris Ferguson pilotó suavemente la nave de 100 toneladas de peso en el aterrizaje en el Centro Espacial Kennedy, a pocos kilómetros de donde el Atlantis se exhibirá como pieza de museo.

Unos estruendos dobles rompieron el silencio previo al amanecer en el centro espacial, en la que será la última vez que sus residentes escucharán el sonido de un transbordador regresando a casa.

Ferguson aterrizó el Atlantis a las 05:57 hora del este de Estados Unidos (0957 GMT), finalizando un viaje de 8,4 millones de kilómetros y cerrando un capítulo clave en la historia de los vuelos espaciales.

"Misión cumplida, Houston", dijo Ferguson a través de la radio al centro de control de la misión.

El astronauta Barry Wilmore, desde el centro de control, le respondió: "Aprovechamos esta oportunidad para felicitarte, Atlantis, así como a los miles de individuos apasionados en todo este gran programa espacial que dio fuerza a esta increíble nave espacial, que durante tres décadas ha inspirado a millones de personas alrededor del mundo".

El regreso del Atlantis, la misión 135 de los transbordadores, pone fin a un programa de 30 años que hizo que los vuelos espaciales parecieran una rutina, a pesar de los dos accidentes mortales en los que murieron 14 astronautas y que destrozaron dos de las cinco naves espaciales de la NASA.

La última junta de investigación de accidentes recomendó la retirada de los transbordadores luego que se finalizara la construcción en la Estación Espacial, un proyecto de 16 países de 100.000 millones de dólares. El objetivo se alcanzó este año.

Los detalles sobre el programa de seguimiento están aún pendientes, pero el objetivo general es construir una nueva nave espacial que pueda viajar más allá de la órbita de 400 kilómetros de la estación y enviar astronautas a la luna, asteroides y otros destinos del espacio.

jueves, 16 de junio de 2011

Condenan a ex funcionario cultural de El Salvador por daños irreversibles en un sitio arqueológico

Carmen Molina Tamacas

En un caso sin precedentes, un ex funcionario cultural y un empresario constructor de El Salvador han sido condenados por haber causado daños irreversibles en un sitio arqueológico.

En un país cuyo patrimonio cultural arqueológico ha sido devastado por las urbanizaciones y el saqueo, esto constituye una resolución judicial histórica.

De acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR), se logró establecer la culpabilidad del ex Director Nacional de Patrimonio Cultural, Héctor Ismael Sermeño y del ingeniero Mario Sol Bang, por la destrucción del sitio arqueológico “El Cambio”. Peritos determinaron que ésta es una área de 62 mil metros cuadrados que contiene restos residenciales y ceremoniales de una civilización precolombina cercana a la villa de Joya de Cerén.

La Unidad Penal de la Dirección de Intereses del Estado de la FGR procesó a Sermeño por el delito de actos arbitrarios, y a Sol Bang por daños agravados en perjuicio de Patrimonio Cultural salvadoreño.

Sermeño fungió como titular de la dependencia de Patrimonio Culturall durante la administración del presidente Antonio Saca (2004-2009).

El caso inició en 2007 por una denuncia interpuesta por el Departamento Jurídico del ex Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura) ante los informes periodísticos que se realizaba la construcción de una calle dentro del sitio arqueológico “El Cambio”.

La Fiscalía, añade en su informe, solicitó la realización de peritajes arqueológicos con expertos internacionales y nacionales. En 2010 se estableció que los daños causados al terreno eran invaluables.

“Los mayores deterioros se dieron en los montículos uno y dos de las estructuras prehispánicas que datan de los años 600 Antes de Cristo a los 400 Después de Cristo”, informa la Fiscalía.

El tribunal tercero de sentencia de San Salvador condenó a Sermeño a tres años de cárcel; no obstante al ser un delito excarcelable, fueron sustituidos por 144 jornadas de utilidad pública. Además debe aceptar su culpa en dos publicaciones en los principales periódicos del país.

En el contexto de este caso, Sermeño se enfrentó con arqueólogos nacionales, ya que justificó la urbanización en una zona de “El Cambio” debido a que allí solo había “basura arqueológica”. Incluso su jefe, el entonces presidente de Concultura, Federico Hernández, respaldó su postura, en contraste con funcionarios técnicos de su dependencia.

En cuanto al ingeniero Sol Bang, el tribunal ordenó que rellene una carretera en proceso de construcción por un valor de $35 mil dólares y 64 centavos, además de velar por la conservación del patrimonio dañado de forma coordinada con la Secretaría de Cultura de la Presidencia (entidad que sustituyó a partir de 2009 a Concultura).

sábado, 14 de mayo de 2011

Día de la Cruz o cómo recortar la historia

Rito neoindigenista, que confunde al Xipe Totec como deidad de la "primavera", cuando en realidad -de acuerdo con documentos antiguos- es una deidad guerrera. Foto CMT

Artículo publicado en El Faro, 9-17 de julio de 2007

“Tú que has sido periodista, sabes que tenemos que creer lo que se publica en los periódicos; si dudáramos... ¿Qué pasaría?” (Jaime Peñafiel, periodista español)

Información oficial inexacta, artículos periodísticos inexactos… El Día de la Cruz como ejemplo de cómo un mito suplanta la realidad en el maltrecho archivo de la memoria histórica nacional.

Carmen Molina Tamacas
cartas@elfaro.net

¿Salvadoreño de corazón?
No se trata de poner la mano en el corazón, sí en la memoria. Para comenzar, un par de preguntas cuyas respuestas no amerita la tediosa búsqueda en una enciclopedia:
Si la Cruz no está puesta en su casa tres días antes del tres de mayo… ¿Llegará el Diablo a bailar?

¿Está relacionada la fiesta de las flores y las palmas de Panchimalco con la celebración del tres de mayo?

¿Evoca la veneración de la Cruz la mezcla de un rito prehispánico dedicado al Xipe Totec, el dios de la primavera, y prácticas católicas?

Si contestó que sí, por lo menos a una de ellas, usted pertenece a esa gran mayoría de salvadoreños que conoce las tradiciones populares tergiversadas a razón de posibles especulaciones y equívocos.

¿Mentiras impresas?

¿De dónde viene la tradición de colocar en un rincón de la casa una sencilla cruz elaborada con las ramas del árbol de jiote, y adornarla con cortinas y cadenas elaboradas en papel de colores y pegadas con engrudo como enseñaban los abuelos?
De antaño… es indudable.

La tradición ha perdurado tanto en la ciudad como en el campo con los matices propios de la modernidad. Ahora las cortinas pueden ser de plástico y entre las frutas ofrendadas puede haber una que otra manzana o uvas cultivadas en California.

Como en los mayos recientes, Panchimalco vive esta fiesta de manera especial. La feria de las flores y las palmas inició el domingo dos, en la víspera de la veneración de la Cruz y se extendió toda la semana hasta culminar con la colorida procesión de las palmas dedicada a la Virgen María.

Loable es el trabajo de la Casa de la Cultura, el comité de apoyo y la Alcaldía Municipal para rescatar la tradición. Salvadoreños y extranjeros que llegaron esa semana disfrutaron del ambiente de fiesta con tintes "ancestrales".

Lástima que el boletín oficial reproduce información desfasada y de acuerdo con algunos expertos consultados, especulativa; no debe extrañarnos por lo tanto que los artículos y reportajes periodísticos a propósito de la festividad hagan eco de ella y ayuden a perpetuar inexactitudes que ponen en duda la esencia de la tradición y, por ende, rasgos de nuestra identidad nacional.

Verdades inadvertidas

Recuerde la imagen del Xipe Totec, resguardado en su altar de cristal en la antesala del Museo Nacional "David J. Guzmán". Sí, el mismo señor desollado venerado en Mesoamérica. Pero jamás un dios de la primavera. Contrario a esta romántica acepción, era una de las deidades azteca de la guerra.

Hace un siglo, el alemán Eduard Seler propuso que el rito del desollamiento de los mexicas en honor al Xipe Totec era una metáfora del momento en que las "semillas vivientes" de la vegetación, especialmente del maíz, brotaban y se convertían en un manto que proveía a la tierra de una nueva piel.

Al respecto, Cecelia F. Klein, en la presentación del libro "Máscaras del espíritu: Imagen y metáfora en Mesoamérica" (1994), recuerda que Johanna Broda, en 1970, demostró que no existe ningún documento del siglo XVI que estipule que el Xipe Totec era una deidad agrícola o que el rito azteca de desollamiento simbolizara, de alguna manera, o por los menos afectara el crecimiento de la vegetación. Ella reconstruyó el calendario festivo azteca a partir de fuentes documentales de ese entonces.
El programa de la Casa de la Cultura de Panchimalco reseña que fray Bernardino de Sahún aseguró que las víctimas de los rituales aztecas eran ofrendadas, se les arrancaba el corazón y se les quitaba la piel en tiras; éstas eran pintadas de color amarillo y luego los sacerdotes se vestían con ella. Estas y otras afirmaciones son sustentadas en la interpretación de Jacques Soustelle (1956) en torno a la "idea amerindia" de "muerte y renacimiento" de todo lo que existe en la naturaleza.

Broda -investigadora y docente de la Universidad Autónoma de México y la Escuela Nacional de Antropología e Historia, es reconocida como una de las principales autoridades en el tema de cosmovisión prehispánica en el mundo- profundizó en el estudio de documentos del siglo XVI que describen rituales y costumbres aztecas en el momento de la invasión española.

Ella explica que el Tlacaxipeualiztli o rito del desollamiento era un festival dedicado al dios Xipe Totec; algunas de las víctimas eran desolladas y luego sus pieles eran colocadas sobre otros indios.

"Desde Seler, las interpretaciones del simbolismo de esta ceremonia han seguido la línea de la fertilidad y los ritos relacionados con la agricultura", critica la experta.

Así, Klein sintetiza el aporte de Broda que ya entonces aclaró el significado de esta festividad: la principal función de Tlacaxipeualiztli era honrar a los guerreros por sus servicios prestados al estado y para presentar al emperador de turno un tributo por parte de opositores vencidos. Tlacaxipeualiztli estaba dedicado a la infraestructura militar que sostenía la economía de las clases dominantes Mexicas.

¿Por qué esta información ha pasado inadvertida durante tres décadas? Al menos no llegó jamás a la Casa de la Cultura de Panchimalco… o, lo que es peor, jamás ha ido alguien a buscarla.

El relato reproducido y distribuido con orgullo a todos los visitantes retoma -aunque no lo dice- los planteamientos de "La fiesta del Día de la Cruz" escrito por la antropóloga Concepción Clará de Guevara en 1976.
Historiantes de Panchimalco. CMT


A pesar de los planteamientos de Broda, De Guevara plantea que la festividad es un remanente de la adoración al Xipe Totec por estar muy cerca de la celebración del Tlacaxipeualiztli , una época en la que el centro de México apreciaba las primeras frutas y que el Cipitío (o Tzipitín) está derivado del apelativo del Xipe Totec.

Doce años después, el arqueólogo estadounidense Paul Amaroli le criticó basándose en los Broda, en la traducción de las ceremonias plasmadas en el Códice Florentino, en el significado moralizante de la leyenda del Cipitío (si las madres desatienden a sus niños, tendrán la culpa de que "los juegue" el Cipitío) y propuso un nuevo planteamiento: el culto a la Cruz podría estar vinculado con la celebración del primer mes del año azteca, Cuahuitl Ehua, que honra a Tlaloc, el dios de la lluvia y la anticipación de la época lluviosa.

Amaroli apunta que la relación que De Guevara establece entre la festividad de la Cruz y la adoración del Xipe Totec basada en el tipo de madera que es utilizada (el árbol de jiote se descascara y eso podría evocar el rito del desollamiento) es "débil y en última instancia poco convincente".

"Si las lluvias tienen un falso inicio, como ocurre algunas veces, con tormentas que se suspenden alrededor de dos o tres semanas poco tiempo después de haber empezado, los agricultores perderán sus primera plantación, un triste desastre que para ellos será difícil soportar. Aquí aparece el objeto de las ofrendas en el Día de la Cruz: ayudan a asegurar la iniciación exitosa de la estación lluviosa", propone Amaroli.

La ciencia propone…

El programa oficial de las fiestas de Panchimalco sostienen que, "según la tradición", la celebración del Día de la Cruz es dedicada al dios Xipe Totec (nuestro señor desollado) divinidad de la primavera.

Con esa base, La Prensa Gráfica publicó en una sección especial esta afirmación: "Esta celebración es un ejemplo del sincretismo religioso de las culturas hispanas e indígenas. Además, sería un remanente del culto al Xipe Totec (nuestro señor deshollado.)". Otros artículos siguen esta misma línea.

Información oficial inexacta, artículos periodísticos inexactos. La falta de compromiso gubernamental con la investigación etnográfica, antropológica e histórica del país permite que tradiciones tan importantes y únicas como la celebración del Día de la Cruz carezcan de una base sólida y sustancial. Y los periódicos la reproducen.

En la historia salvadoreña, la ciencia propone, pero las autoridades omiten y disponen.

¿Por qué prescindir del significado que los investigadores han atribuido al Xipe Totec, divinidad de nuestros antepasados?

Jorge Colorado, estudiante de Antropología de la Universidad Tecnológica, sostiene que el arraigamiento de la idea del Xipe Totec primaveral es critico en cuanto se trata de construir una identidad salvadoreña basada en preceptos falsos e imaginarios. "Si la falsedad implica un comportamiento de acuerdo a un estatus de dominación y vasallaje, esta idea del dios de la primavera se repetirá hasta convertirlo en una verdad inalterable", dijo.

Señaló que un Xipe Totec asociado a un proceso cultural guerrero podría ser contraproducente para grupos interesados en mantener el dominio sobre nuestras minorías étnicas y mantener la hegemonía.

En lo que compete a la autoinvitación del Diablo para bailar en los traspatios irreverentes, no comentaré nada… depende qué tan buena sea la relación que usted tenga con él.

Este ejercicio pretende reafirmar el protagonismo de los ingredientes fundamentales de la verdad, la razón de ser de la práctica periodística: la duda cartesiana y el sentido común.

Si nos acomodamos a reproducir verdades burócratas, perdemos entonces la capacidad de innovar y proponer. En síntesis, de crear pensamiento.

En cuanto a la pregunta de Peñafiel… yo dudo. Ahora más que nunca.

viernes, 1 de abril de 2011

Habilitan cuenta de ahorros para ayudar a escritor Menjívar Ochoa



ELSALVADOR.COM
Viernes, 1 de Abril de 2011
Rafael Menjívar Ochoa (1959), escritor salvadoreño y autor de libros como "Los héroes tienen sueño", "Trece" y "Cualquier forma de morir", se encuentra en estado delicado de salud.

Por medio de un boletín de prensa, la familia confirmó que la salud se ha deteriorado a raíz del cáncer de colon. "Presenta un cuadro de anemia, desnutrición y una infección grave", dijeron.

Ayer (jueves) fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Diagnóstico, de manera que los gastos son elevados. Allí le han dado un diagnóstico más favorable, con la esperanza de poder salvarle la vida.

La ayuda económica puede ser depositada en la cuenta No. 384-000703-0 del Banco Agrícola, a nombre de Rafael Menjívar Ochoa.

SU TRABAJO

Sobre la obra de Menjívar Ochoa, el poeta Mario Noel Rodríguez cree que su trabajo literario es muy importante "porque es de esa generación posterior a la guerra que nos viene a decir mucho sobre los temas candentes en El Salvador: el dolor, la emigración, el desencanto", señaló.

El autor se considera miembro de la "Generación del desencanto", a la que pertenecen, entre otros, Jacinta Escudos, Horacio Castellanos Moya y Miguel Huezo Mixco.

A juicio de Huezo Mixco, Menjívar "pertenece al linaje de los grandes narradores latinoamericanos". Él comentó recientemente el manuscrito del texto “Un mundo en el que el cielo cae y cae”.

La entrevista que realizó al escritor Álvaro Menéndez Leal -en su lecho de muerte- publicada en la revista Vértice de El Diario de Hoy, es recordada como un texto fundamental en la historia del periodismo cultural de El Salvador (audio aquí).

En la bitácora personal de Menjívar Ochoa (rmenjivar.blogspot.com) el escritor explicó el pasado 1 de febrero el porqué de su dedicación a las letras en una columna titulada "La Palabra".

"Uno escribe porque es lo único que sabe hacer, y haría lo mismo en las mismas circunstancias siquiera por pasar el tiempo, siquiera porque es lo oportuno... (Escribo en el hospital, y me llevo un par de horas en la madrugada en tan sólo un par de párrafos...".

LIBROS, OTRAS FORMAS DE AYUDAR

Algunos de los libros de Rafael Menjívar Ochoa en existencia: "Tiempos de locura" ($10.00) "Los Héroes tienen sueño" ($5.00)

Algunos escritores han donado libros de su autoría para contribuir en la recolección de fondos, tales como: "Así nacidos", de Mauricio Orellana Suárez; "Crónicas para sentimentales", de Jacinta Escudos y "El día interminable", de Jorge Galán.

Los lugares en que se realizarán próximas ventas de libros se darán a conocer a través de la página de Facebook Fuerza Rafa, o pueden ser consultadas a través de la cuenta de correo electrónico: fuerza.rafa@gmail.com

lunes, 28 de marzo de 2011

Aves de papel

Por Carmen Molina Tamacas

Uno de los retos de los periodistas científicos –de los periodistas, en general- es saber escuchar.

Y leer, preguntar, buscar, preguntar, comparar, entender, decodificar, volver a preguntar… y transmitir.

Tal vez así podríamos cumplir con la misión de educar y generar opinión en la población ávida de conocimiento.

Los científicos elaboran hipótesis, recopilan evidencias, discuten y publican. Pero eso no basta: deben hacer el esfuerzo por olvidarse de la jerga académica, para lograr que su semilla de conocimiento germine en tierras fértiles.

Los científicos necesitan de los periodistas, y los periodistas de los científicos. Y ambos paciencia. Los unos para explicar, una y otra vez si es necesario tal o cual antecedente, proceso o consecuencia, y los otros para captar la esencia de esas ideas. Y ambos, además, perder el miedo a la polémica, maravillándose ante los resultados: el conocimiento.

La Revista Dominical de La Prensa Gráfica fue una de esas parcelas, aisladas de la escorrentía del ocio y la banalidad. Duró demasiado para lo que duran las revistas en El Salvador (¡50 años!) y lo que comenzó siendo una recopilación de consejos de belleza para amas de casa, se convirtió en un depositario del conocimiento producido en El Salvador.

A finales de los años 90 y en el inicio de la presente década, fueron publicados diversos artículos enfocados en la biodiversidad del país, de sus esfuerzos por conocerla, inventariarla y protegerla.

Como equipo periodístico, nos nutrimos de varios componentes. En primer lugar, la curiosidad. Ay del periodista que piensa que lo sabe y lo entiende todo. Sin curiosidad, ese gusanito que nos permite maravillarnos y conmovernos ante una lluvia de meteoritos, atender con solemnidad un rito religioso o contemplar un nido de polluelos, estamos perdidos. Y muchos lo están. Por eso –muchos- son incapaces
de ver a la ciencia como lo que es: una fuente inagotable no sólo de conocimiento personal, sino colectivo. Es la bitácora donde registramos, a prueba y error, los esfuerzos humanos por entender lo que nos rodea.

Luego, la confianza mutua. Los científicos (¿por naturaleza?) son desconfiados y lastimosamente muchos prefieren que su investigación quede en el anonimato a tomarse el tiempo y escribir un artículo en lenguaje accesible para la mayoría de la población, donde expliquen los alcances de su trabajo. Ahora, Internet ofrece infinidad de posibilidades para difundir información a muy bajo costo, pero esa tarea requiere, ante todo, constancia y disciplina. Otros le huyen a colaborar en una conversación franca con un periodista, les cuesta dejar de lado los nervios y, especialmente, la arrogancia. Así, una investigación de años, quedará para comida de las polillas.

También se da el caso de los científico que proveen una gran cantidad de información y el periodista no es capaz de descifrarla e interpretarla, por lo cual termina naufragando en ella. En ambos casos, la comunicación falló, y el mayor perjudicado fue el público, que se quedó sin conocer información valiosa, que pudo haberle ayudado a tomar conciencia respecto a la protección de nuestro entorno natural.

En esa época de Revista Dominical, por fortuna (para los científicos, para nosotros, para los lectores) tuvimos acceso a fuentes de información privilegiada y de primer orden, como estudios en ciernes, diversos trabajos de campo, documentos y
discusiones académicas.

La apertura editorial fue otro factor determinante, ya que en ese momento todas las coberturas sobre la conservación del ambiente, entre ellos muchos relacionados con la avifauna, fueron apoyados, con el objetivo de llevar de la mano a los lectores por las veredas, guiándolos hacia el bosque y acurrucarlos quedamente para contemplar al ejemplar de una especie en peligro de extinción. Los periodistas deben ser hábiles no sólo para traducir un texto académico hacia un lenguaje más accesible para los lectores, sino que deben convencer a sus editores de que el tema en verdad vale la pena. Cualquier investigación científica sobre el patrimonio natural local vale la pena –hasta la más descabellada para los burócratas de turno.

Concebir un enfoque, reportear, contrastar, complementar, escribir, corregir y difundir, es el reto.

Nada hubiéramos sido en esa época, sin el excelente trabajo de fotoperiodistas dispuestos a llenarse de lodo, mozotes y pulgas, para capturar una escena de la naturaleza para la posteridad. Félix Amaya ha acumulado muchos años de experiencia y es capaz de resumir con una imagen todo un tratado enciclopédico.

¿Cómo he visto la respuesta de la gente hacia la temática de las aves? Es una pregunta que no puedo contestar. Desde mi perspectiva como periodista, la Revista Dominical proveyó contenidos enfocados hacia el conocimiento de nuestro patrimonio natural y la hazaña que implica documentarlo, conocerlo, inventariarlo y protegerlo. Muchos de esos artículos están disponibles en Internet pero han naufragado en el olvido. La web 2.0, que potencia la interactividad con los lectores y la retroalimentación podría ser la vitrina idónea para que cada vez más personas, especialmente los estudiantes, accedan a ellos, los comenten, critiquen y desafíen... los superen. Sólo así podrá generarse más conocimiento, lo cual nos beneficia a todos.

A continuación se presenta una recopilación de algunas de esas publicaciones, en las que figuran como protagonistas no sólo aves y pájaros (desde el tímido Quetzal de Montecristo hasta el imponente Rey Zope del Zoológico Nacional, pasando por los patos migratorios de El Jocotal y las polémicas garzas de Ostúa -polémicas porque los burócratas de turno soslayaron un informe técnico que recomendaba la protección de un área de anidación bajo el criterio de que son una "plaga"-) sino de las personas que han dedicado tiempo, esfuerzo y sacrificios para lo que aquí más nos importa: nuestro país, nuestra historia.

Un saltarín cabecirrojo en El Salvador
Por Juan Marco Álvarez


Las Aves del Bosque Nebuloso
Por Verónica Vásquez


El escurridizo quetzal
Por Fabricio Pérez


Con la mirada en El Imposible
Por Tomás Guevara

Los pericos de la suerte
Por Tomás Guevara


Aves de presa de El Imposible
Por Maite Lorente, Fotos: WhiteHawk

Torogoz, ¿ave nacional?
Por Morena Azucena


Nuestras 17 aves
Por Fabricio Pérez y Morena Azucena


El Jocotal
Revista Dominical


Quetzal, ave amenazada
Por Morena Azucena


Las aves de El Salvador
Por Morena Azucena


Un monarca carroñero
Por Tomás Guevara


Rey Zope


Temporada de patos
Por Carmen Molina Tamacas y Morena Azucena


Amenazas contra la biodiversidad


Investigaciones del ayer



Más de 170 mil patos


¿Menos licencias y más caza ilegal?


Árboles de garzas infinitas
Por Carmen Molina Tamacas


Manjar para depredadores

Científico salvadoreño aporta al descubrimiento de una nueva especie


Dibujo del Tiarajudens eccentricus


CARMEN MOLINA TAMACAS
Viernes, 25 de Marzo de 2011
www.elsalvador.com


La prestigiosa revista científica Science publicó el 25 de marzo un artículo que abona al estudio de la fauna prehistórica, el cual tiene aportes del científico salvadoreño Juan Carlos Cisneros.

El descubrimiento ha sido titulado "Descubierto un vertebrado herbívoro de más de 260 millones de años, con dientes de sable y evidencias de masticación".

La publicación detalla la importancia de esta nueva especie para la ciencia, que será llamada Tiarajudens eccentricus; esto significa "diente excéntrico de Tiarajú" (la localidad en Río Grande do Sul donde fue descubierto).

Cisneros (biólogo y paleontólogo), quien labora en el Centro de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad Federal de Piauí, formó equipo con Fernando Abdalá, Bruce S. Rubidge, Paula Camboim Dentzien-Dias y Ana de Oliveira Bueno, de las universidades Federal de Río Grande do Sul (UFGRGS), y de Witwatersrand (Sudáfrica), de acuerdo con un informe de divulgación.

El Tiarajudens eccentricus es un terápsido (antiguo linaje de los vertebrados que dieron origen a los mamíferos) y vivió en el Período Permiano de la Era Paleozoica, es decir, por lo menos 260 millones de años atrás.

"Fue una suerte haberla encontrado. Estos dientes no los tiene ningún animal conocido. Eso nos permitió asegurarnos de que se trataba de una especie nueva", declaró Cisneros a la BBC.

El animal, explican los expertos, tiene el tamaño de un tapir y entre sus rasgos más curiosos destaca la presencia de dientes alargados, similares a los de un "capivara".

"Es el registro más antiguo de un herbívoro con dientes de sable", afirman. Otros animales extintos ya presentaban este tipo de dientes, pero se sabía que eran carnívoros; uno herbívoro constituye una rareza.

"El contacto diente-diente (oclusión dental o masticación) representa un gran avance que permitió el procesamiento de la comida dentro de la boca", añade el reporte.

Cisneros trabajó a principios de la década pasada en el Museo de Historia Natural de El Salvador; ha publicado artículos académicos sobre los fósiles del Río Tomayate (Apopa).

El descubrimiento ha tenido eco en decenas de medios internacionales, como The New York Times, Discovery, National Geographic entre otros.