domingo, 5 de agosto de 2007

Cara Sucia, el paraíso que dejó de serlo

El sitio prehispánico Cara Sucia, en Ahuachapán, es la víctima de uno de los saqueos más despiadados de los que se tenga memoria. Lo que hace 150 años fue un paraíso de fauna, vegetación e historia, tiene registrados más de seis mil hoyos cavados por saqueadores y traficantes de piezas arqueológicas. Desde hace dos semanas, el arqueólogo francés Sébastien Perrot retomó la investigación en este sitio -abandonada hace dos décadas por falta de financiamiento- para buscar más información de lo que Cara Sucia ha aportado a la historia mesoamericana: la cultura Cotzumalhuapa.


Era un bosque grandioso, con una vegetación similar a la selva del Petén, en Guatemala. Las tropas de monos jugueteaban en las copas de los árboles, era común ver dantas o tapires, guacamayas, jaguares y pumas. La costa de Ahuachapán, hace 150 años, era un verdadero paraíso tropical.
Había permanecido casi intacto debido a la inaccesibilidad de la zona. Sólo se podía llegar desde Tacuba y Ataco en mula -viaje tortuoso que duraba varios días-, o embarcándose desde Acajutla. Todavía hay gente muy mayor que recuerda cómo, todavía hace 60 años, había pequeños claros donde se ubicaban prósperas haciendas y se vivía al estilo de pequeños "Macondos", el pueblo surreal -donde transcurre la historia de manera intensa para sus habitantes- que protagoniza las novelas del escritor colombiano Gabriel García Márquez.
"Daría mi mano derecha por estar allí, en ese magnífico lugar", dijo Paul Amaroli, el arqueólogo estadounidense radicado en El Salvador, al iniciar una retrospectiva histórica del sitio prehispánico conocido como Cara Sucia, ubicado en lo que ahora es la antítesis del paraíso, ya que el bosque fue arrasado para plantar algodón.
Durante una conferencia en la Casa de las Academias, en el centro de San Salvador, Amaroli abordó el tema "La cultura Cotzumalhuapa en El Salvador. Cara Sucia y su entorno". Si bien estaba programada su disertación sobre el descubrimiento del palacio estilo mexicano que fue construido hace más de mil años y quemado durante la decadencia del sitio arqueológico Cihuatán, en Aguilares, prefirió hablar de Cara Sucia a razón de la actualidad: recientemente su colega francés Sébastien Perrot inició la investigación para su doctorado en la universidad Sorbona, París, acerca de la cultura Cotzumalhuapa.

Los monos

En los artefactos que han sido encontrados por los científicos y otros que se encuentran en el museo nacional o colecciones privadas, destacan la figurade los monos. Amaroli explicó que aunque nos parezca ilusión, el bosque que había en Cara Sucia permitía que decenas de monos deambularan por los árboles; prueba de ello es que hay varias vasijas y platos con dibujos de ellos. Incluso hay algunos donde se vislumbra monos con collar, lo que da indicios que pudieron haber sido domesticados. Existe un plato que muestra a un mono en actitud humana, enojado y con el pene erecto. "¿Acaso estamos viendo parte de la cosmovisión de los antiguos habitantes de Cara Sucia?", comentó.
Los herederos de Escuintla El nombre de la hacienda Cara Sucia -donde se ubica el sitio arqueológico, a 12 kilómetros de la frontera con Guatemala-, de acuerdo con la indagación de los arqueólogos tiene dos y hasta tres orígenes. Primero, que había una vaca blanca que tenia la cara con una mancha negra, y la gente decía "la hacienda de la vaca cara sucia". También, que la plaga de jejenes (de la que Amaroli da fe) hace que los lugareños se golpeen la cara con frecuencia y se manchen con los restos de los insectos. Una tercera posibilidad que también se deriva de la tradición oral de la zona fue planteada por el jefe del departamento de Arqueología del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura), Fabricio Valdivieso: se cuenta que el sector fue dominado por un cacique llamado "Cara Sucia".
Lo cierto es que constituye uno de los ocho sitios arqueológicos cuyos terrenos son propiedad del Estado, uno de los más de 650 registrados (muchos figuran en terrenos privados) y uno de los más de mil que, se supone, existen en El Salvador.
Amaroli explicó que las primeras investigaciones en Cara Sucia ocurrieron hace 110 años, cuando Santiago Barberena logró acceder a la zona y llevó a lo que ahora es el Museo Nacional de Antropología "David J. Guzmán" una cuarta parte de las esculturas conocidas que se sabe pertenecen al sitio. Entre ellas figuran el mal llamado "disco solar", que no es otra cosa más que el rostro de jaguar (o más bien puma por la ausencia de manchas, como precisó Amaroli), que fue tomado como emblema del Banco Cuscatlán.
Posteriormente, el investigador Samuel Lothrop hizo la misma expedición y obtuvo una serie de esculturas de un estilo extraño pero exquisito. Una de ellas retrata a una culebra que sale de la tierra, se encorva y lo mira a uno.
Hacia los años 70, el arqueólogo estadounidense Stanley Boggs, a quien debemos las pocas investigaciones realizadas hace más de medio siglo en sitios como Tazumal, especuló que Cara Sucia podría pertenecer a la cultura Cotzumalhuapa, pobremente conocida. Cotzumalhuapa podría tener dos significados: Río del arco iris y El Tacuazin, dijo Amaroli.
De acuerdo con la explicación de Perrot, la cultura Cotzumalhuapa (él prefiere Cotzumalguapa) floreció entre los años 600 y 1000 después de Cristo, en la etapa de la historia que los científicos llaman "Clásico Tardío" y "Terminal", en grandes partes de la costa Pacífica y las tierras altas de Guatemala, así como en la costa occidental de El Salvador.
"Cara Sucia es el mayor sitio Cotzumalguapa que conocemos en El Salvador", apunta.
La cultura de Cotzumalguapa se caracteriza, en particular, por un estilo escultórico; al menos cuatro esculturas monumentales (incluso el famoso disco que está en el Museo Nacional de Antropología), y varias esculturas menores, fueron halladas en Cara Sucia, desde el siglo XIX, sostiene Perrot.
Los mayores centros conocidos de la cultura de Cotzumalguapa (Bilbao, El Baúl) se encuentran en el municipio de Santa Lucía Cotzumalguapa, en la costa Pacífica de Guatemala (departamento de Escuintla).
Amaroli indicó que aunque Cara Sucia está muy cerca del área de influencia maya, hay rasgos que la distinguen: su cultura material, artística y arquitectónica es diferente. En lo poco que se conoce hay ausencia de glifos mayas. Esto da pie para creer que los cotzumalhuapas, posiblemente, estaban emparentados con poblaciones ubicadas más al norte, ya sea de Guatemala o, incluso, México.
La destrucción y el saqueo comenzaron a finales de los 70, destaca Amaroli. Los propietarios decidieron dedicarse a la explotación agrícola. El bosque y el sitio arqueológico fueron arrasados con tractores de banda para cultivar algodón. Pobladores muy mayores le contaron que había "cientos de cerritos" que fueron destruidos por la maquinaria. Esos cerritos eran estructuras. De esos apenas quedaron unos 30, pero deformados por el impacto de los tractores.
Después, a inicios de los 80, vino la Reforma agraria y gran parte de estas tierras fueron confiscadas a la familia Salaverría. También vino una de las primeras rachas de saqueo. "Hicieron fiesta. Se cuenta que en un día había hasta 600 saqueadores en el lugar", cuenta Amaroli.
En el terreno donde se encuentra el sitio arqueológico tiene registrados, por lo menos, seis mil hoyos de saqueo. El investigador descarta la hipótesis de que un saqueador conoce la técnica de excavación. Al menos hay evidencia de que, en Cara Sucia, no los hubo.
"Los saqueadores, en la zona residencial, perforaban bajo los restos de las casas y entraban en una zona de entierros familiares. Encontraban las ofrendas asociadas a los entierros como vasijas, cuentas de jade, se habla de chibolas muy grandes. Hay muchos cuentos qué contar. Es casi legendario esto", expresó.
Los objetos de este sitio especialmente apetecidos por los saqueadores, los coyotes y, por ende, los coleccionistas, son las figurillas. Las hubo de mujeres, jóvenes y viejas, vestidas y desnudas, con refajos, narices perforadas y tocados grandes, acaso indicio de deidades.
Muchos objetos funcionan como pitos o sonajas. Hay muchas representaciones de culebras, felinos, monos, pájaros y guacamayas. También localizaron figuras con mecanismos para mover los brazos y decenas de navajas de obsidiana.

Las investigaciones

En 1981, usando una extraña cláusula de la Reforma agraria, funcionarios de patrimonio cultural de la época, entre ellos Francisco Serrano, lograron preservar pequeñas zonas. Por ello se salvaron (lo que queda) de Cara Sucia y de Quelepa, en San Miguel.
El sitio de Cara Sucia consiste en una acrópolis que sostiene a otras estructuras y varias pirámides. Su entorno está configurado por zonas residenciales y estuvo habitado hasta el año 920 después de Cristo, época que corresponde al abandono de muchos sitios en el denominado Período Clásico. Estos y otros elementos guiaron al arqueólogo Lee Parsons para estipular que este estilo es similar al que se origina en Escuintla.
Entre 1982 y 1983 desarrollando un modesto parque arqueológico, Jorge Mejía excavó en la zona de la acrópolis. Con la ayuda de 120 trabajadores expuso miles de metros cuadrados de construcción. Descubrió que las estructuras estaban revestidas con piedra local, posiblemente las mismas piedras de canto rodado que proveía el río más cercano. Encontró además una serie de trincheras.
Otros estudios realizados por Amaroli y otros, bajo la dirección de Boggs, incluyeron un proyecto de excavaciones, estudios topográficos y restauración, y rellenaron más de tres mil hoyos de saqueo.
En 1986, Amaroli realizó más reconocimientos en la zona y localizó más de 60 entierros. Al examinar la osamenta se determinó que los antiguos habitantes de Cara Sucia también practicaban la deformación del cráneo, una práctica muy común en los sitios mayas, que se consigue atando una tabla en la frente de los recién nacidos.
La prospección en el suelo les permitió encontrar gran densidad de entierros debajo de pisos hogareños definidos por conchas y "cascos de burro". "Hace mil 500 años, estas personas estaban usando las conchas, vértebras de pescado y esponjas marinas", indicó Amaroli.
Otros hallazgos fueron más que reveladores, por ejemplo efigies en barro de cacao nativo, así como hornos de tierra que dan la pauta para conocer patrones alimenticios que son similares a los detectados en la costa del Bálsamo e incluso en la zona de Madre Selva, en Antiguo Cuscatlán. Ésta ultima ha sido depredada por el auge urbanístico de Santa Elena, aledaño a la Embajada de Estados Unidos.
Asimismo, pudieron definir la forma de las casas. "Las pocas casas que se salvaron, eran de bahareque quemado. Eran pequeñas, lo que nos indica que básicamente eran utilizadas para dormir", indicó Amaroli. Hay otras evidencias habitacionales ubicadas en estructuras mayores, debajo de escalinatas. "Muy probablemente eran casas de gobernantes que quedaron abandonadas", añadió.
Los descubrimientos de Amaroli han aportado a la reconstrucción de la historia de Mesoamérica. "Este arqueólogo reveló claramente Cara Sucia como un centro de la cultura de Cotzumalguapa, por sus esculturas, su arquitectura y su cerámica", indicó Perrot.
El modesto parque que reunía las condiciones mínimas para los visitantes (ver galería de fotos) fue cerrado en 1983 por falta de presupuesto. El sitio aparece como una de las decenas de atractivos culturales en el mapa turístico de El Salvador, pero si los turistas llegan, sólo encontrarán maleza y escasa sombra.
Por el momento, el gobierno no considera realizar un proyecto de investigación más profundo en Cara Sucia, de acuerdo con Marlon Escamilla, el arqueólogo que verifica el trabajo de Perrot en el sitio.
No se descarta hacerlo más adelante, indicó.

Entrevista
La búsqueda de más estructuras enterradas

El francés Sébastien Perrot respondió vía correo electrónico una serie de preguntas, donde explica el motivo de su investigación en el sitio arqueológico Cara Sucia: determinar la existencia de lo que se supone son estructuras que aún permanecen enterradas y se habrían salvado de la depredación y el saqueo indiscriminado que atacó el que se considera último centro de la cultura Cotzumalhuapa, que floreció hace dos mil años en la costa pacífica de Guatemala.

¿En qué lugares ha trabajado antes en El Salvador?
En el 2000 hice mi primer viaje a El Salvador, lo que me permitió conocer mejor el importante patrimonio prehispánico del país. En el 2004, dirigí la Misión arqueológica franco-salvadoreña, que realizó un levantamiento de los petrograbados de la Pintada de Titihuapa (San Vicente) y un reconocimiento en la zona de dicho sitio; una prospección geofísica en Cara Sucia (Ahuachapán). La Misión recibió un apoyo financiero de la Cooperación francesa, y un apoyo logístico del Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA), la Universidad Tecnológica y la Casa de la Cultura de San Isidro (Cabañas).

¿Por qué ha elegido Cara Sucia para hacer su investigación?
Estoy concluyendo una tesis doctoral sobre la cultura de Cotzumalguapa (en la Universidad Sorbona, París). Dicha cultura floreció en el Clásico Tardío y Terminal (600-1000 d. C.), en grandes partes de la costa Pacífica y las tierras altas de Guatemala, así cómo en la costa occidental de El Salvador (Cara Sucia es el mayor sitio Cotzumalguapa que conocemos en El Salvador). La cultura de Cotzumalguapa se caracteriza, en particular, por un estilo escultórico; al menos cuatro esculturas monumentales (incluso el famoso disco que está en el Museo Nacional de Antroplogía), y varias esculturas menores, fueron halladas en Cara Sucia, desde el siglo 19. Los mayores centros conocidos de la cultura de Cotzumalguapa (Bilbao, El Baúl) se encuentran en el municipio de Santa Lucía Cotzumalguapa, en la costa Pacífica de Guatemala (departamento de Escuintla).

¿Cuál es el objetivo de la investigación? ¿qué se busca descubrir o corroborar? ¿Cuál es el área de terreno en la que van a trabajar?
Las excavaciones de este año tienen tres objetivos: investigar las anomalías eléctricas y magnéticas reveladas por la prospección geofísica de 2004 (dichas anomalías podrían corresponder a elementos arquitectónicos enterrados); documentar mejor la arquitectura de Cotzumalguapa; documentar el período de abandono del sitio de Cara Sucia (siglo 10 d. C.). Vamos a realizar excavaciones en estos sectores del sitio: el juego de pelota, la Plaza (justo al este de la Acrópolis) y eventualmente enfrente de la Estructura 14 (una pirámide). Además, realizaremos un reconocimiento a lo largo del río Cara Sucia y hasta la playa.

¿Qué tareas van a realizar? ¿excavación, identificaciones, pozos de sondeo?
15 "pruebas de pala" (pequeños sondeos de 50 cm de diámetro y hasta 80 cm de profundidad), dos o tres pozos de excavación y un reconocimiento.
¿Cuál es el estado de conservación de las estructuras que permanecen en el sitio? Las estructuras han sido muy dañadas, por el cultivo del algodón hasta el año 1979, luego por un saqueo masivo que empezó con la reforma agraria, y que duró hasta el año 1981. No obstante, se puede observar en ciertas partes, todavía, vestigios del revestimiento de cantos rodados. Cabe notar que antes de la reforma agraria, los dueños de la finca prohibían estrictamente el acceso al sitio.

Reportaje publicado el 27 de marzo de 2006 en el periódico digital El Faro http://www.elfaro.net/secciones/el_agora/20060327/ElAgora2_20060327.asp

1 comentario:

Unknown dijo...

Soy de Cara Sucia, vivo aquí y aquí crecí, me duele mucho el hecho que se hayan olvidado de la riqueza cultural que poseemos. 😥