jueves, 1 de mayo de 2014

Festejemos a los Señores del buen temporal: San Miguel Arcángel y Tláloc




Por Marielba Herrera, antropóloga

"La imagen de San Miguel Arcángel se convierte en el principal trabajador del temporal, y con esta cualidad se le atribuye la esencia de la dualidad, por lo que pueden cambiar sus atributos de acuerdo con las circunstancias y el contexto en que se encuentren. Así, San Miguel Arcángel en las iglesias representa al santo cristiano; en los pedimentos de lluvias se le conoce como un “señor del temporal”, el ser alado que envía los rayos y acarrea el agua del mar.
Este sincretismo religioso ofrece la particularidad de retomar a la deidad prehispánica de Tláloc, que en este caso, se vuelve el señor de las lluvias, la milpa y la buena cosecha. Existe un punto en el que ambas imágenes llegan a ser una misma, según investigadores mexicanos, en sus análisis de las deidades de la lluvia, San Miguel Arcángel es conocido como el que “…comanda- en el final de la temporada agrícola- a los trabajadores, a los “ángelus”, quienes se han encargado de verter el preciado líquido desde las nubes, donde tienen sus cäntaros que contienen el agua de lluvia. Una idea muy similar desde el panteón mesoamericano la sostiene (Johanna) Broda , donde éstos son los llamados “Tlaloques” (dioses de la lluvia y las tempestades) que eran originados en las montañas donde se engendran las nubes, no sólo vivían en los cerros, sino que eran ellos mismos. Según la investigadora, a este grupo pertenecían, entre otros, Tláloc, como el principal de ellos, los seres pequeños o Tlaloques que ayudan a producir la lluvia.

Es por ello que, en rituales de aseguramiento de la cosecha, en su día, se le implora para que ya no caiga más lluvia, para que se termine el temporal y ordene a los ángelus o tlaloques que dejen de trabajar en el campo y se mantenga el ciclo agrícola.

(Lo anterior es una breve reseña del contenido del libro "Historias, patrimonio e identidades en Huizúcar, El Salvador" que será presentado el próximo 3 de mayo de 2014).



Estudio: El uso de recursos arqueológicos para el beneficio de comunidades rurales en El Salvador

Tesis
Autor: Fabricio Valdivieso
Institución: University of British Columbia

Abstracto:

En muchos país alrededor del mundo, los recursos arqueológicos son vistos como una oportunidad para el desarrollo cultural y económico. El Salvador está retrasado respecto a tomar ventaja de su rica herencia arqueológica como un medio de desarrollo. En El Salvador, una débil relación entre el gobierno y la Academia respecto a comunidades rurales que viven cerca de sitios arqueológicos obstaculiza la implementación de estrategias que podrían conducir al manejo y uso de los recursos arqueológicos para el beneficio de estas comunidades. Esta relación triádica es referida como el "Triángulo de la Inclusión y la Cooperación" (TIC). El objetivo de este trabajo es fortalecer las alianzas/asocios entre las tres entidades incluidas en el TIC, para proveer un marco de direcciones sobre el uso de los recursos locales, incluyendo otras alternativas de desarrollo de acuerdo con las preocupaciones y necesidades locales. El TIC requiere una profunda investigación y revisión de estudios publicados y sin publicar, documentos gubernamentales y académicos, entrevistas con expertos culturales salvadoreños y por observaciones personales en el campo. Este estudio es el primer objeto de tesis en proveer una historia comprensiva de la institucionalización de la arqueología en El Salvador y para identificar factores que han moldeado el actual manejo de recursos arqueológicos.

Su proceso histórico está enmarcado en un contexto sociopolítico que también es analizado en orden de entender el nivel de inclusión de las comunidades rurales en temas académicos y gubernamentales. Estudiantes, académicos, funcionarios de gobierno y la sociedad en general encontrará en este documento un examen amplio del manejo y desarrollo de la arqueología y su potencial en este país Centroamericano. El estudio representa una importante mejora en estudios interdisciplinarios respecto al avance del entendimiento del manejo arqueológico y sus implicaciones. También contribuye al debate concerniente al uso y propósito de estudios arqueológicos y políticas adoptadas para proteger y desarrollar recursos culturales en cualquier país.

Enlace y descarga aquí.

(Traducción libre del original en inglés a continuación)

The use of archaeological resources for the benefit of rural communities in El Salvador


In many countries around the world, archaeological resources are seen as an opportunity for social, cultural and economic development. El Salvador is a step behind in taking advantage of their rich archaeological heritage as a means of development. In El Salvador, a weak relationship between government and academia regarding rural communities living near archaeological sites hinders the implementation of strategies that could lead to the management and use of archaeological resources for the benefit of those communities. This triadic relationship is referred to as the “Triangle of Inclusion and Cooperation” (TIC). The objective of this work is to strengthen alliances/partnerships between the three entities included in the TIC, to provide a framework for addressing the uses of local resources, including other alternatives of development according local concerns and needs. The TIC required a thorough exploration and review of published and unpublished studies, government and academic files, interviews with Salvadorian cultural experts, and by personal observations in the field. This study is the first English subject thesis to provide a comprehensive history of the institutionalization of archaeology in El Salvador and to identify factors that shaped the current management of archaeological resources. Its historical process is framed in a socio-political context which is also analyzed in order to understand the level of inclusion of rural communities in academic and government issues. Students, scholars, government officials, and general society will find in this document a broad examination of the management and development of archaeology and its potential in this Central American country. The study represents an important improvement in interdisciplinary studies as it advances the understanding of archaeological management and its implications. It also contributes to the debate concerning the ultimate use and purpose of archaeological studies and policy adopted to protect and develop cultural resources in any country.

Link & Download here.

martes, 29 de abril de 2014

¿Hubo dinosaurios en El Salvador?

La respuesta, hasta el momento, es: "No". Aunque quién sabe que esa roca con la que usted se ha cruzado tantas veces por una vereda, un camino o hasta su propio jardín, no sean los vestigios de una criatura prehistórica de esas que yacen inertes en los museos y cobran vida en las películas.

Algunas ciencias en El Salvador todavía están en pañales. La Paleontología es una de ellas. Si bien el descubrimiento del yacimiento del río Tomayate (Apopa) le dio un gran impulso, todavía hay mucho por descubrir, analizar, documentar y, sobre todo, publicar. Tortugas, cocodrilos, llamas, tigres dientes de sable y otras especies dan cuenta de la gran variedad de fauna y flora de nuestro territorio antiguo. Ver libro digital aquí.

Con certeza -hasta el momento- sólo se sabe que Honduras es el único país de Centroamérica donde se ha registrado un dinosaurio. Se trata de algo que los expertos denominan un "Ornitópodo", ya sea un "Iguanodonte" o un "Hadrosaurio", que vivió hace unos 100 millones de años.

Fue descubierto en enero de 1971 entre Rancho Grande y San Luis, poblaciones del departamento de Comayagua, Honduras. De acuerdo con un artículo publicado por Gregory S. Horne, del Departamento de Ciencias y Ambiente de la Wesleyan University, en Connecticut (USA) los restos del fémur del animal fueron identificados como de un Hadrosaurio, pero en ese momento no se dimensionó su importancia.

El hecho que sólo se cuenta con el fémur y no fueron colectados restos del esqueleto ha impedido que se estipule exactamente a qué tipo de animal perteneció; sin duda, se trata de un "hermano lejano" de Lizzy, un ejemplar encontrado en la zona sur del centro de Alaska. "Generalmente, los hadrosaurios son un amplio, diverso y bien reconocido grupo de dinosaurios que fueron los herbívoros dominantes de las fases Campanian-Maastrichtian del período Cretácico Tardío. Su aparición está bien documentada en Norte y Sur América, Europa y Asia", reza el informe científico de Anne D. Pasch y Kevin C. May, del Departamento de Geología de la Universidad de Alaska en Anchorage.

Hadrosaurio de Nueva Jersey.
Fuente: http://jerseyboyshuntdinosaurs.blogspot.com/2014_01_01_archive.html


Dada la importancia de este descubrimiento, los científicos le pusieron un nombre popular, en honor a la hija de 12 años de uno de ellos, quien participó en la excavación.

Otros países como Panamá están dando de qué hablar respecto al hallazgo de especies prehistóricas. Tal es el caso de un Culebrasuchus mesoamericanus, que de acuerdo con los científicos de la Universidad de la Florida, representa un eslabón entre la evolución de los caimanes y los lagartos. 

Estos datos no son nuevos, pero quizás desconocidos para muchos. De ahí la importancia que nuestro colega antropólogo Jorge Colorado haya inaugurado una nueva sección en su blog Scientia, en esta oportunidad dedicada al fascinante mundo de los dinosaurios. ¡Enhorabuena!

lunes, 28 de abril de 2014

¿Qué tienen en común las fincas de café y los hongos silvestres?

Los cafetales poseen una gran biodiversidad. Las aves, los insectos y hasta mamíferos encuentran refugio entre la vegetación ante el avance voraz de la humanidad.

Es poco lo que nos queda, pero aún desonocemos la extensa variedad de seres vivos que se esconden entre la hojarasca, surgen de entre las raíces o las cortezas de los árboles. Muy poco sabemos de los hongos.

Las biólogas Osiris Elizabeth Tejada y Rhina Esmeralda Esquivel realizaron, en la localidad de Concepción Ataco, Ahuachapán, un estudio sobre la población de macrohongos en la finca de café La Esperanza, el cual amplía el conocimiento sobre micología salvadoreña y enriquece la colección de referencia de la Escuela de Biología de la Universidad de El Salvador.

Los resultados fueron publicados en la revista BIOMA de noviembre de 2013, una publicación salvadoreña especializada en biodiversidad.

Los hongos tienen una función muy importante: "La función de los hongos en general en el ecosistema junto con las bacterias, es de degradar o descomponer la materia orgánica y transformarla en inorgánica con el fin de incorporar nutrientes al suelo para que sean utilizados por otros organismos", dijo Osiris Tejada.

De acuerdo con las investigadoras, la Finca La Esperanza, también es conocida como “Las Cascadas de Don Juan”, y tiene una extensión de 60 hectáreas. Está ubicada en el municipio de Concepción de Ataco, Cantón El Arco, a 13 km de la ciudad de Ahuachapán. El Área se encuentra dentro de la Reserva de la Biósfera Apaneca-Lamatepec, en la zona de transición y forma parte del corredor biológico mesoamericano. Es una zona de bosque muy húmedo.

El terreno, que está entre a una altura entre  990 y 1,130 msnm, con está cubierto de café (Coffea arabica).

Una vez al mes, entre abril y agosto de 2010, las biólogas recorrían determinados senderos para recolectar las muestras. Al contar con fotografías y muestras de las setas, así como la bibliografía, lograron identificar "45 especímenes de macrohongos pertenecientes a las divisiones  Ascomycota y Basidiomycota; de los cuales 27 fueron identificadas hasta la categoría taxonómica de especie  y 18 hasta género."

Entre los hallazgos, las investigadoras indican que algunos de los géneros de setas presentes en la finca cafetalera también figuran en el Parque "Thilo Deininger", ubicado en la zona costera del departamento de La Libertad, y en el Volcán Conchagua del oriental departamento de La Unión.

Hicieron un descubrimiento muy importante: En la Finca La Esperanza hay especies de macrohongos que son parte de la cultura gastronómica típica de otros países, por ejemplo: Auricularia u "Oreja de cuche", Pleurotus u "Hongo ostra", Agaricus o "Champiñón", Lactarius u "Hongo azul" y Russula. 

En El Salvador, señala la investigación, no se cuenta con una cultura gastronómica con hongos silvestres, sólo en el occidente del país se reporta la comercialización y consumo del género Fistulina, conocido como “Tenquique”.

Osiris añadió que el país que tiene una amplia gastronomía fúngica es México, donde cultivan y consumen grandes cantidades de setas... "De ahí en Centro América es poco el consumo, algunos países como Costa Rica, Guatemala, consumen pero es poco".

Indicó que algunos autores costarricenses mencionan que en países de Europa, Asia y América del Norte se consumen algunas especies que son comestibles y que son consideradas de alto valor nutritivo que son encontradas en nuestros países.

Ambas investigadoras recomiendan profundizar la investigación de las setas no sólo en la finca, sino en áreas circundantes, con el objetivo de "conocer la biodiversidad presente y su relación con otros organismos".


Afirman que es necesario "realizar más investigaciones taxonómicas de los hongos de cafetal para aumentar conocimiento de la flora micológica de El Salvador. Es necesario que se promuevan programas de educación ambiental, para instruir a la población acerca de la importancia de las especies fúngicas para los ecosistemas terrestres y en especial de cafetal, además de promover la protección de especies vegetales que realizan asociaciones simbióticas con estos organismos".



Galería de fotos: Hongos Ascomycota de Montecristo. Cortesía de Osiris Tejada

Helotium citrina

Peziza sp

Daldinia sp

Xylaria grammica


miércoles, 23 de abril de 2014

Mi nombre para la Ciencia

El trabajo de campo es, quizás, el más emocionante para cualquier científico. Ya sea en ciencias sociales o naturales, aventurarse en lo desconocido, inventar formas de sobrevivir, recolectar datos, entablar relaciones con informantes, anotar en los diarios... nos llena de ideas y sueños.

Vaciar grabaciones, clasificar los datos y tabular es quizá menos excitante, ya no digamos los preparativos y el desarrollo de un informe, un análisis o una tesis.

Uno de los logros más importantes en la vida de cualquier investigador, especialmente en el área natural, es descubrir algo nuevo. Como en el periodismo: todos "cubren" pero muy pocos "descubren".

En El Salvador, hacer Ciencia es luchar contra todo. Por ello, aportar conocimiento nuevo debe ser reconocido y estimulado a niveles patrióticos. Pero pedir eso a los políticos es arar en el mar. La Ciencia, sin embargo, tiene sus propias formas de reconocer el esfuerzo y el empeño sincero. Una de ellas es perpetuar a quien identificó un especimen nuevo para un país o para la Ciencia en general, por medio del nombre.

La identificación de las plantas y animales se rige por las reglas estipuladas en los Códigos Internacionales de Nomenclatura Botánica y Zoológica (los cuales son independientes).

El Salvador es un inmenso laboratorio para cualquier tipo de Ciencia; pero son pocos los que han experimentado el paroxismo de la revelación, al momento culminante de determinar que lo que miran sus ojos no ha sido visto nunca por alguien más.

Como mencioné en el artículo sobre el recientemente publicado libro del Museo de Historia Natural, la creación de las colecciones se remonta a los años 70. En concreto, de acuerdo con el libro, el primer especimen de la colección de mastozoología fue un ratón (Lyomis salvini) colectado  en 1975 por Victor Helleybuck en la montaña de la Cueva de Cal, Parque Nacional El Imposible, Ahuachapán.

En esa misma época, dos pantas descubiertas en el Parque Nacional Montecristo (Metapán, Santa Ana) fueron bautizadas en honor a María Luisa Reina: Hampea reinae y Quetzalia reinae.

Posteriormente, una lagartija descubierta en el Parque Nacional El Imposible (Ahuachapán) fue nombrada por su descubridor (Köhler, 1999) en honor al ambientalista Francisco Serrano: Norops serranoi.

Norops serranoi. Fuente: http://eol.org/pages/962778/overview


La actual directora del Museo de Historia Natural, Eunice Echeverría, tiene dos distinciones tan altas, de esas que el dinero no puede comprar: su nombre y su apellido identifican a una planta y a un escarabajo, respectivamente.

Eunice Echeverría. Bióloga y directora del Museo de Historia
Natural de El Salvador. A la Izq. Eric Lemus, de la DPI.


El proyecto "Escarabajos dinástidos de Honduras, Nicaragua y El Salvador", junto al Museo de Historia Natural de Nebraska, Estados Unidos dio como resultado el hallazgo de dos nuevas especies para la ciencia: Cyclocephala melolonthina y Hemiphileurus euniciae.

Este último fue colectado en Soyapango (San Salvador) y estaba en la colección de la Universidad de El Salvador. Fue analizado y descrito por los doctores Bret Ratcliff y Ronal Cave.

Asimismo, durante las investigaciones del Herbario Nacional, Menjívar, Cerén & Morales descubrieron e identificaron en 2008 una nueva especie para la Ciencia: Meliosma echeverriae.

"Es un orgullo ser parte de un muy selecto grupo de salvadoreños que tenemos esta distinción mundial y bueno.... es un estimulo grande que te impulsa ha seguir trabajando, se siente bien que se aprecie el trabajo que se realiza", me confió Eunice.

Libro celebra la vida del Museo de Historia Natural


Es un paraje atípico en el centro de San Salvador. El camino sinuoso, amurallado por la vegetación, termina en un patio donde el sol irrumpe con fuerza. Así es el corazón del trópico.

La casona, que una vez fue habitada por los dueños de una finca, alberga una institución que lucha contra viento y marea por preservar una parte del patrimonio de El Salvador: El Museo de Historia Natural.

El espacio de las exhibiciones es reducido, pero expone 130 años de historia no sólo del patrimonio natural salvadoreño sino de quienes a su paso por sus escritorios y sesiones de campo han colaborado en la tarea de reconocimiento y valoración.

"El Museo de Historia Natural de El Salvador. Su inicio, su evolución y futuro" de la Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI) es un libro necesario.

De forma precisa, hace un recuento de las fechas y acontecimientos más importantes en la historia de la conformación de las colecciones del Museo que se remonta a los decretos de 1883 y 1941. Las colecciones de Paleontología, Zoología y Botánica guardan formación indispensable para la toma de decisiones respecto a la conservación y manejo de la biodiversidad, ante el cambio climático, nuevas investigaciones y más.

La colección de Paleontología nació en 1978 y cuenta con 2,438 piezas de fósiles de mamóferos, invertebrados y plantas. La colección de rocas y minerales inició ese mismo año por iniciativa del investigador Stephen Perrigo. Contiene 174 rocas minerales y 346 rocas colectadas en distintas partes del país. La sección de Zoología está subdividida en malacología, aracnología, entomología, ictiología, herpetología, ornitología y mastozoología.

El Museo forma parte del Parque Saburo Hirao, en memoria del empresario japonés quien gestó la donación del terreno (1974) a nombre de la empresa textilera IUSA.

La investigación y expansión de las colecciones originales se detuvo durante la guerra civil (1979-1992) y han sufrido las consecuencias de terremotos e inundaciones. No obstante, entre los logros recientes están la restauración de sus instalaciones (2003) y la construcción de un anexo que alberga al Herbario Nacional, el cual cuenta con especimenes de 270 familias botánicas.

El Museo cuenta, además, con talleres especializados de conservación y restauración, taxidermia, servicios educativos y museografía, educación, museología y Biblioteca Especializada.

La publicación del libro, sin duda, dará un nuevo impulso al trabajo que realiza desde la dirección Eunice Echeverría.

sábado, 15 de marzo de 2014

"¿Por qué no hay población negra en El Salvador?"

Esa es una de las preguntas más frecuentes que me hacen, o que la gente hace, cuando surgen pláticas acerca de la "raza", como todavía llaman muchos a la diversidad étnica en el mundo.

Encontré en este blog un comentario al respecto, un lector me pidió que por favor escribiera sobre ese tema; le respondí que es un mito: los censos de población más reciente indican que hay una población cansada de ser invisible y reclama su lugar en la historia.

De la mano de académicos e investigadores, esos datos están saliendo a la luz paulatinamente.

El trabajo pionero en rescatar la impronta afrodescendiente en El Salvador se titula "La herencia africana en la identidad histórica salvadoreña", de Pedro Escalante Arce (1997). Le sigue la tesis para optar al grado de Licenciado en Historia de la Universidad Tecnológica de El Salvador de Carlos Loucel Lucha que se titula "Inserción social de negros y mulatos en las alcaldías mayores de San Salvador y Sonsonate durante el período colonial 1524-1821".

Loucel, quien destaca además como el primer historiador graduado en El Salvador, ha realizado otras investigaciones: "Negros y mulatos de San Geronymo Nejapa en el siglo XVIII" (un acercamiento desde lo local en la época colonial); aquí puede leerse también su ponencia "La presencia de los negros y mulatos en El Salvador colonial" para el segundo encuentro de Historia en la Universidad de El Salvador (2007).

Aquí una entrevista publicada en El Faro y aquí el video "Afrosalvadoreños, identidad negada" de La Prensa Gráfica:



Actualmente, el investigador trabaja en su tesis de maestría, la cual ha titulado "Clasificación de la población de Santiago Apóstol Apastepeque 1750-1824"; "en ella hago demografía histórica y trato de reconstruir las familias de los mulatos, españoles e indígenas", dijo al ser consultado para este post.

Como publicó en un artículo el antropólogo Ramón Rivas, El Salvador todavía tiene "una “oportunidad histórica” para enmendar el pasado, particularmente en lo relacionado con la eliminación de la discriminación racial que, para utilizar la terminología del antropólogo Mac Chapin, referente a la población indígena de El Salvador,  “invisibilizó” a muchos pueblos y yo digo también, eliminó a otros. 

El censo de población de 2007 "enumeró un total de 7.441 salvadoreños identificados como “negros de raza”. Dicho conteo muestra la existencia de una comunidad afrosalvadoreña que se niega a desaparecer, a pesar de las décadas de negación de la que han sido objeto, como colectividad étnica, por parte del Estado salvadoreño. Si bien el proyecto de blanqueamiento mental, social y cultural se desarrolló con éxito, en muchos poblados del territorio salvadoreño, como San Alejo, la población reconoce desde un mundo subalterno la presencia de afrodescendientes, evidenciándolos en la tradición oral, la religiosidad y la mitología, la cual que sustenta el arribo y distribución geográfica de los afrodescendientes en la zona y sus alrededores. Esta presencia étnica esta generalmente asociada a agentes negativos y a una simbolización originada desde la época colonial, que se ha mantenido vigente en el imaginario social no solo de San Alejo, sino de muchos poblados del territorio salvadoreño". Lo anterior es el abstracto del trabajo titulado "Imaginarios y discursos de la herencia afrodescendiente en San Alejo, La Unión, El Salvador", de los investigadores José Erquicia, Marielba Herrera y  Wolfgang Effenberger López.

A esa investigación se suma "Elementos Afrodescendientes en la religiosidad popular. El caso de San Benito de Palermo en el Oriente de El Salvador". Al respecto, Erquicia y Herrera muestran que "la identidad y los elementos culturales de los afrodescendientes se mantienen vigentes en la actualidad en el país."


"La prohibición expresa por parte del Estado salvadoreño es la Ley de Migración de 1933, la cual dice que no pueden entrar a El Salvador negros, chinos, gitanos, malayos y los conocidos como turcos. Pero dentro de los discursos de los gobernantes y elites vinculados al poder, existe una gran cantidad de posturas racistas, como era casi una generalidad en los países latinoamericanos de finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Sobre ese tema existen varios trabajos desde las ciencias sociales y las humanidades, en los cuales se puede profundizar más sobre la temática", indicó Erquicia.

Finalmente, el investigador Marvin Aguilar, elaboró el documental "Pieza de Indias", el cual da voz a los afrodescendientes: "Ellos son los grandes protagonistas de este filme, nosotros solo hemos intentado asomarnos a esa realidad para presentar la otra raíz del mestizaje salvadoreño: Africa.



viernes, 14 de marzo de 2014

"Nuevo lenguaje maya": Exabrupto artístico fuera de lugar en sitio arqueológico Patrimonio de la Humanidad

Título original: Joya de Cerén soporta un exabrupto artístico fuera de lugar
Por Ramón Rivas
Promover un cuento literario —si es que en este caso se puede hablar de literatura— no es malo; tampoco lo es promover determinados estilo de artes plásticas, sobre todo si se trata de gente joven que quiere proyectarse con su quehacer artístico. Sí es objetable que el sitio arqueológico Joya de Cerén, reconocido como patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1993, y único sitio con ese elevado estatus en nuestro país, haya sido puesto en la mira por la artista Frida Larios y las autoridades de la Secretaría de Cultura de la Presidencia (SEC) para plasmar y lanzar al mundo lo que, en su ignorancia cultural, ellas creen que es lo correcto. ¿O será que se trata de alguna broma de mal gusto? Este importante y único sitio arqueológico, que hasta se puede llamar universal, por sus características atípicas, ha sido utilizado como soporte para plasmar las creaciones de la diseñadora gráfica arriba mencionada; y que sin tapujos, y como si fuera una verdad sustentada por investigaciones, dijo que persigue “formar nuevos conceptos y significados que tengan una mayor relevancia en nuestra vida contemporánea” (sic). Imagínese usted. La pregunta es: ¿Y en qué estudio se basa ella para tal afirmación? Con el patrimonio no se juega ni tampoco se debe prestar para plasmar ‘conceptos y significados’ que solo son imaginaciones particulares. Y es que Larios ha hecho una iconografía “glífica”, es decir, ha trazado glifos inventados; y esto, desde todo punto de vista, genera un “registro” falso. Lo grave del caso es, también, que en la entrada del museo hay una cédula introductoria de su propuesta en donde el visitante se encuentra, de sopetón, con glifos ficticios; glifos de erupciones volcánicas… Y es más, hasta de arqueólogos trabajando, con lo que, naturalmente, para un visitante serio y conocedor, no instruye sino que solo hace el ridículo. Considero que esto es imperdonable, ya que no podemos ir contra los resultados científicos, precisamente en ese lugar tan trascendental; que han sido y son proyectos de muchos años de investigación arqueológica y de ciencias afines los que lo descubrieron y preservado. Para mí, como antropólogo, es inaceptable que una diseñadora gráfica —y con todo el respeto que se merecen ella y sus diseños— venga a tratar de impresionarnos a los científicos nacionales y extranjeros, que por muchos años han investigado el lugar, con ese tipo de cosas disque modernas. Que muy bien haya calado su idea en las actuales autoridades de la SEC, para mí, no es de extrañar, pues al paso que va esta administración, y con las perniciosas decisiones que ha tomado, sus irresponsables son capaces hasta de lo impensable. No comprendo la actitud del Dr. Peyson Sheets. A lo mejor es parte de su diplomacia, para no entrar en contradicción con las actuales autoridades de la SEC. Este científico investigador —referente del lugar— afirma acerca de un tal libro para niños, que también se presentó en el sitio y cuya autoría es de la diseñadora gráfica Larios, que “es importante que los niños y los adultos de El Salvador lean este libro para que conozcan cuál es el patrimonio profundo e histórico” (sic). ¿Será que el Dr. Sheets ha participado en escribir este libro, para recomendarlo? Es más, él afirma que este nos hará comprender todo nuestro bagaje prehispánico cultural. Esto, a todas luces, es imposible. ¿Será que el Dr. Sheets quiere tomarnos el pelo? Debemos de tener mucho cuidado y seguir las recomendaciones de la Unesco en estos casos tan serios, ya que no se puede aceptar cualquier tipo de información antojadiza (dígase de una diseñadora gráfica inmersa en su mundo de fantasía y con deseos de promover su arte sin la asesoría indicada de los científicos en este campo). Y es que, con toda pompa, esta semana recién pasada, la SEC celebró el vigésimo aniversario del nombramiento de este imponente lugar por la instancia de las Naciones Unidas. Pero no acabo de entender esto. Y es vergonzoso que el director Nacional de Patrimonio Cultural, el Arq. Gustavo Milán, y su sequito de asesores, todos arquitectos, irresponsablemente y sin juicio profesional autorizará a la diseñadora gráfica para plasmar invenciones e “inspiraciones” personales en las paredes del museo de este sitio arqueológico, dando la impresión, ahora, de ser una agencia de viajes de una reconocida empresa de buses internacionales. Repregunto: ¿qué juicio han tenido las autoridades de la SEC para otorgar dicho permiso? Sabido es que, a finales de 2012 y principios del 2013, Milán y sus adláteres conformaron un comité científico para abordar este caso; todos eran arqueólogos de la misma SEC, que, sin lugar a dudas, no iban a llevarle la contraria a su jefe. Luego, dos arqueólogos externos fueron invitados al comité; pero estos, al escuchar la propuesta, no volvieron a asistir a las reuniones. ¿Se han reunido con los antropólogos o con los arqueólogos nacionales? Ahora se ha caído en un simplismo y en una mentira acerca del lugar, que si no se frena muy bien puede hacer retroceder años a la investigación seria lograda. ¿En qué país vivimos? ¿Qué estamos pensando en este sentido? Haga esto usted con sitios arqueológicos en Roma, Grecia, e incluso en el mismo México, y le aseguro que hasta lo pueden meter preso. Con el patrimonio de una nación no se juega, ni muchos menos se hacen cualquier tipo de invento o aseveraciones que no son ni siquiera seudocientíficas y que carecen de todo fundamento. Que quede claro que aquí no se está criticando el arte de la diseñadora; perdón, la artista. No estoy en contra de su obra; pero sí estoy en total desacuerdo con que se plasme un invento, un deseo y a lo mejor hasta un capricho en un sitio arqueológico que es patrimonio de la humanidad. Tampoco estoy de acuerdo con que su libro, “Aldea que fue sepultada por un volcán en erupción”, sirva de algún modo ahora para entender nuestra cultura ancestral. Aquí se pone sobre la mesa ese criterio; ese desconocimiento cultural. Es más, eso significa un atropello para la cultura y el patrimonio prehispánico de parte de las autoridades ministeriales de nuestro país. ¿Se habrá consultado al arqueólogo nacional gestor del sitio ante la Unesco o al director de arqueología encargado de los sitios arqueológicos del país? Parece que no. Imagínese usted qué pensarían nuestros antepasados, en esa parte maya si su escritura, que casi siempre era ceremonial, fuera trasformada y usada como decoración en un sitio en el que ellos vivían y conservaban según sus costumbres y creencias. Naturalmente, esto sería visto por ellos como una burla. Hasta lo hubieran defendido de alguna manera. Es inaceptable que dicha artista recomiende una interpretación propia y ofrezca directrices para comprender el lugar cuando estas no están cimentadas o sustentadas en una teoría científica respaldada por los especialistas. Y volvemos a caer en lo mismo: que en este país cualquiera llega y puede hacer lo que quiere. ¿Y la ciencia? ¡Está bien, gracias! Ahora solo falta que al payaso Merenguito se le antoje dar una función circense en este lugar, haciendo malabares con sus propios “glifos”, porque, según se ve, no tendría obstáculo alguno de parte de las autoridades de la SEC para presentar su número en medio de Joya de Cerén. Es indispensable que las autoridades de la SEC se informen de los requisitos para el resguardo de todos estos monumentos alrededor del mundo; por si alguna vez se permite ser intervenidos con otras interpretaciones; aunque estas parezcan juego de niños. Y si bien es cierto que las paredes del museo no son catalogadas como bien cultural, por el solo hecho de formar parte del complejo son incluidas en el sitio arqueológico; y esto lo debe de entender cualquier ciudadano, hasta el menos letrado… ¿En qué país vivimos?
*Director de Cultura. Universidad Tecnológica de El Salvador.
El artículo original fue publicado en el Diario Colatino.

Uso de drones para investigación científica en El Salvador


Enriqueta Ramírez
Directora de VIVAZUL El Salvador

Los drones son pequeñas aeronaves controladas desde tierra que combinan principios de aeronáutica y robótica, esto las vuelve capaces de sobrevolar extensas áreas y capturar imágenes desde distintas alturas y perspectivas. Actualmente se utilizan con fines variados, pero también se están convirtiendo en una herramienta muy valiosa que va a revolucionar las investigaciones científicas. El uso de los drones en la ciencia ya incluye en otros países el monitoreo de vida silvestre, documentación del varamiento de especies, registro de contaminación como derrames de petróleo, investigaciones polares, erupciones de volcanes y especialmente acontecimientos en el océano en donde ya han capturado maravillosos momentos como las relaciones entre ballenas y sus ballenatos.

En El Salvador, y porque no decirlo en la región, VIVAZUL ha tomado la iniciativa y ya ha comenzado a utilizar un drone modelo DJI Phantom para documentar muchas de sus actividades. Recientemente colaboramos con la investigación      “Mapeo y caracterización de pastos marinos en la Bahía de Jiquilisco, Usulután" que VIVAZUL realiza junto al Museo de Historia Natural y la Iniciativa Carey del Pacifico Oriental (ICAPO). El equipo que participa en esta investigación ya completó la fase de recolección de datos, y se encuentra preparando los resultados que incluirán información aportada por los sobrevuelos del DJI Phantom.  Las imágenes fueron tomadas con una cámara GoPro Hero 3  a bordo del drone, y afinan los hallazgos sobre la distribución de los pastos marinos en Jiquilisco gracias a que es posible volar más bajo que en una avioneta o helicóptero, pero a alturas suficientes para obtener tanto detalles como perspectivas amplias en alta resolución.

En un futuro se espera que sea cada vez sea más común a nivel global la incorporación de drones en misiones científicas porque son instrumentos más baratos que otras opciones para sobrevuelos, son más seguros pues no necesitan pilotos humanos a bordo, y son operados con tecnología más limpia como baterías recargables.

VIVAZUL mira con entusiasmo la infinidad de posibilidades con el uso de éste drone que aportará sin duda al conocimiento ecológico de El Salvador.


(La versión original de este artículo fue publicado aquí.)