miércoles, 23 de abril de 2014

Libro celebra la vida del Museo de Historia Natural


Es un paraje atípico en el centro de San Salvador. El camino sinuoso, amurallado por la vegetación, termina en un patio donde el sol irrumpe con fuerza. Así es el corazón del trópico.

La casona, que una vez fue habitada por los dueños de una finca, alberga una institución que lucha contra viento y marea por preservar una parte del patrimonio de El Salvador: El Museo de Historia Natural.

El espacio de las exhibiciones es reducido, pero expone 130 años de historia no sólo del patrimonio natural salvadoreño sino de quienes a su paso por sus escritorios y sesiones de campo han colaborado en la tarea de reconocimiento y valoración.

"El Museo de Historia Natural de El Salvador. Su inicio, su evolución y futuro" de la Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI) es un libro necesario.

De forma precisa, hace un recuento de las fechas y acontecimientos más importantes en la historia de la conformación de las colecciones del Museo que se remonta a los decretos de 1883 y 1941. Las colecciones de Paleontología, Zoología y Botánica guardan formación indispensable para la toma de decisiones respecto a la conservación y manejo de la biodiversidad, ante el cambio climático, nuevas investigaciones y más.

La colección de Paleontología nació en 1978 y cuenta con 2,438 piezas de fósiles de mamóferos, invertebrados y plantas. La colección de rocas y minerales inició ese mismo año por iniciativa del investigador Stephen Perrigo. Contiene 174 rocas minerales y 346 rocas colectadas en distintas partes del país. La sección de Zoología está subdividida en malacología, aracnología, entomología, ictiología, herpetología, ornitología y mastozoología.

El Museo forma parte del Parque Saburo Hirao, en memoria del empresario japonés quien gestó la donación del terreno (1974) a nombre de la empresa textilera IUSA.

La investigación y expansión de las colecciones originales se detuvo durante la guerra civil (1979-1992) y han sufrido las consecuencias de terremotos e inundaciones. No obstante, entre los logros recientes están la restauración de sus instalaciones (2003) y la construcción de un anexo que alberga al Herbario Nacional, el cual cuenta con especimenes de 270 familias botánicas.

El Museo cuenta, además, con talleres especializados de conservación y restauración, taxidermia, servicios educativos y museografía, educación, museología y Biblioteca Especializada.

La publicación del libro, sin duda, dará un nuevo impulso al trabajo que realiza desde la dirección Eunice Echeverría.

1 comentario:

Eunice dijo...

Escribí el libro pues un rasgo cultural salvadoreño es no tener memoria, con este esfuerzo busco rescatar datos, fechas, nombres para que no caigan en el olvido y con la esperanza de que sirva de estimulo para que nuevos visitantes lleguen a conocer que guarda el Museo de Historia Natural de El Salvador.
Saludos Eunice Echeverría