jueves, 20 de diciembre de 2007

Ciudad Vieja, el origen de nuestra capital

Poco a poco, los científicos descubren algunos de los secretos que guarda el sitio histórico Ciudad Vieja, ubicado en Cuscatlán. La más reciente investigación, en la que participaron profesores y alumnos de la UTEC, indica que aún falta mucho para lograr que los salvadoreños entendamos la importancia de este pequeño pero valioso eslabón de la historia de nuestro país.

Por Carmen Molina Tamacas
Estudiante de licenciatura en Antropología

Han pasado 420 años desde que doña Beatriz de Bera y Cerrato hiciera constar en su testamento que era la dueña de una hacienda llamada La Bermuda.
Este documento, elaborado por el escribano público de la Villa de la Trinidad (Sonsonate) Antonio Vibar, es una de las evidencias más antiguas de la importancia de este terreno en la historia de El Salvador. Se trata del lugar, que de acuerdo con arqueólogos e historiadores, fue el segundo y posiblemente el primer asentamiento de los conquistadores españoles en su intento por fundar la metrópoli que ahora llamamos San Salvador.
Ese lugar, al que ahora podemos acceder no sólo físicamente vía carretera, sino al que también podemos viajar por medio de las narraciones y estudios realizados por investigadores nacionales y extranjeros, encierra muchos secretos en torno a nuestro origen.
No obstante, la más reciente investigación que se llevó a cabo en del 20 de noviembre al 1 de diciembre de 2006, en la que participaron profesores y alumnos de la Universidad Tecnológica (UTEC), indica que aún falta mucho para lograr que los salvadoreños entendamos la importancia de este pequeño pero valioso eslabón de la historia de nuestro país.

El origen del origen
En conjunto, la Escuela de Antropología de la UTEC, el Departamento de Arqueología del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura) y la Academia Salvadoreña de la Historia, elaboraron un proyecto de investigación con dos objetivos: hacer una evaluación de las posibles repercusiones de la futura construcción de una calle de acceso al sitio histórico de Ciudad Vieja y un diagnóstico del valor patrimonial que los habitantes aledaños le dan a este asentamiento colonial.
De acuerdo con el informe de la investigación, redactado por el director de la Escuela de Antropología de la UTEC, el arqueólogo José Erquicia, el principal objetivo consistía en registrar, salvaguardar, rescatar conservar, proteger, difundir y poner en valor el patrimonio arqueológico histórico de Ciudad Vieja.
Para ello, el proyecto propuso la realización de un sondeo arqueológico en el área que afectará la reparación de la calle de acceso al sitio de Ciudad Vieja. Los sondeos arqueológicos consisten en excavaciones por medio de las cuales se obtienen materiales culturales que evidencian la actividad humana en un determinado lugar. Posteriormente, los expertos realizan el análisis de esos materiales, los clasifican, identificación y registran en un inventario.
“Se vuelve prioritario y necesario antes de que se realicen los trabajos de reparación de la calle ‘nacional’ de acceso al sitio Ciudad Vieja, que se llevara a cabo un sondeo arqueológico en el lugar (que) se vería afectado, ya que se ha tenido el conocimiento previo que (esta vía) pasaba por encima de por lo menos cuatro cimientos de estructuras que forman parte del sitio histórico”, justifica el documento.
El sitio histórico Ciudad Vieja está ubicado unos 10 kilómetros al sur de la ciudad de Suchitoto, en el departamento de Cuscatlán. Su acceso principal es posible gracias a un kilómetro y medio de carretera pavimentada ubicado en el trayecto que de San Martín conduce a Suchitoto. El sitio arqueológico se encuentra en el valle de La Bermuda a una elevación promedio de 530 metros sobre el nivel del mar.
¿Por qué La Bermuda? De acuerdo con Joaquín Salaverría, quien en 1986 publicó “Fundación de San Salvador” en una publicación del Museo Nacional “David J. Guzman”, el nombre de La Bermuda proviene probablemente del hecho que en ese sitio abunda la graminácea Panicum Diffusum, conocida como Bermuda por los españoles de la Antillas Mayores.

Otro dato curioso que hace especular sobre el nombre es que uno de los conquistadores, Bartolomé Bermúdez jugó un papel decisivo en la toma del Peñón de Zinacántan, sitio donde los indígenas opusieron fuerte resistencia antes de la consolidación del régimen español en terreno cuzcatleco. Bermúdez fue quien ideó hacer “una escala o argumento de madera” poniéndolo al pie del peñol a modo de caballete por el cual subieron los españoles para atacar a los indígenas que se defendían en lo alto del peñol, y por medio del cual consiguieron que dejaran de tirar flechas y piedras y dejaran de gritar, consiguiendo así su sometimiento, según plantea Salaverría.

De acuerdo con reseñas de autores como Rodolfo Barón Castro, Jorge Lardé y Larín y William Fowler, es posible establecer que el primer asentamiento español permanente en El Salvador fue fundado por orden de Jorge de Alvarado, el 1 de abril de 1528 y fue abandonado en abril o mayo de 1545. Esto ocurrió apenas cuatro años después de la primera entrada en el territorio de Cuscatlán dirigida por Pedro de Alvarado en 1524. Se fundó como asentamiento de la hueste bajo el mando de Diego de Alvarado, primo hermano de Pedro y Jorge, como extensión de la conquista de Guatemala.

Ciudad Vieja consiste entonces, en los vestigios de la primera ciudad española en El Salvador, sede de la antigua villa de San Salvador fundada en el Valle de La Bermuda.

Según ha recapitulado el arqueólogo Federico Paredes, como todas las ciudades coloniales hispanoamericanas Ciudad Vieja fue construida en un plan de cuadrícula, pero el plano es poli-céntrico en lugar de ser estrictamente octogonal, lo que posiblemente refleje alguna influencia indígena. “Al centro de la villa se localiza la Plaza Mayor y el Cabildo en la esquina noroeste. Calles rectas salen de todas las esquinas siguiendo el plan de cuadrícula. También se notan claramente los linderos de los solares y los restos de muchas casa españolas. Rasgos defensivos, como garitas y puestos de vigilancia, se notan claramente en los extremos norte, este y sur del sitio. Muchos rasgos arquitectónicos del sitio especialmente las plataformas residenciales y terrazas parecen ser de carácter indígena. Un muro defensivo a lo largo de la periferia sur de la villa, tanto como los puestos de vigilancia y las garitas de control sirven como un recordatorio de que la conquista todavía era una tarea incompleta y los nativos aún eran hostiles ante los conquistadores en los primeros años de la ocupación”.

Fowler, quien ha realizado excavaciones en Ciudad Vieja desde 1996, lo describe como “el mejor sitio conservado de la época colonial temprana en toda América” y, por lo tanto, el sitio posee varias ventajas para la investigación arqueológica e histórica de los primeros años de la colonia en El Salvador y Centroamérica y el origen del asentamiento español en el Nuevo Mundo.

Más piezas del rompecabezas

Durante la investigación de sondeo arqueológico, los investigadores identificaron la presencia de estructuras que datan de la primera mitad del siglo XVI, pertenecientes a la antigua Villa de San Salvador de 1528 así como vestigios de cerámica elaborada por los indígenas. La información recolectada abonará al amplio acervo acumulado por los investigadores, empeñados en descifrar cómo fue, por breve que haya sido, la vida de esta prístina comunidad.

“En la estructura 4IIB, fue muy interesante registrar una pieza de barro cocido que es un ducto de cañería, lastimosamente no se pudo determinar una asociación directa con otros materiales de su especie que nos diera una comprensión de cómo éste estaba funcionando”, destaca Erquicia.

Anotó además que todas las estructuras registradas en la investigación guardan la orientación de 12º al norte, al igual que la generalidad de las demás estructuras registradas y excavadas en el sitio Ciudad Vieja, exceptuando el puesto de vigilancia sur.

El síntesis, detectaron más de 70 fragmentos de cerámica , que en su mayoría son de tradición indígena, asimismo algunos fragmentos de obsidiana, fragmentos de una piedra de moler con soporte y muchos clavos de distintas formas, además de escoria de hierro.

El valor del patrimonio

Uno de los objetivos primordiales de la investigación era determinar el valor que los habitantes aledaños le asignan al sitio histórico Ciudad Vieja. Así se realizó una encuesta cuyos resultados no son del todo alentadores.

“No involucrar a las comunidades aledañas a los sitios arqueológicos es un error que se pretende poco a poco erradicar dentro de los proyectos de investigación. Es por esta razón que la realización de este diagnóstico es el primer paso para poder conocer el interés que tienen las comunidades con los sitios, debido al potencial de desarrollo que representan para ellos. Sin embargo, no debemos olvidarnos que son los lugareños los depositarios de este patrimonio material y por esta razón se debe tomar en cuenta a estos grupos porque en la medida en que ellos reconozcan, valoren, protejan y difundan el patrimonio que poseen, todos saldremos beneficiados al conservarlo”, apunta Erquicia.
A partir de las entrevistas, el equipo de trabajo estima que, para el caso de Ciudad Vieja, sus depositarios, es decir la población aledaña, “solo ven el patrimonio con fines de desarrollo económico, no hay una verdadera pertenencia con el mismo”.

Siempre pasa lo mismo, remata el investigador: los investigadores llegan y no se acercan lo suficiente a las personas que viven cerca de los sitios como Ciudad Vieja. “Se debe llegar a conocer cuáles son las expectativas de la comunidad con respecto a lo que se les puede ofrecer en cuanto a ingresos económicos y de desarrollo que al final les beneficiaria”, añade.

El reto como investigadores, puntualizó, radica en crear estrategias de trabajo en conjunto que garanticen la protección, valorización, conservación y difusión del patrimonio que los ciudadanos poseen. Y también que esto sea una alternativa para que el país pueda gozar de su patrimonio “de una manera conciente y práctica”.


FRASE
“Juntamente con la antigua Guatemala y León Viejo en Nicaragua, así como Panamá Viejo, el sitio Ciudad Vieja, constituye uno de los más importantes enclaves de arqueología histórica en el área centroamericana. Es una cantera infinita de ciencia y hallazgos y la mejor perspectiva para el estudio del urbanismo de una villa de los primeros años del período colonial, donde el tiempo se detuvo en 1545 y marcó el nacimiento de el actual El Salvador, indígena, criollo y ladino”.
Pedro Escalante Arce, principal investigador histórico del sitio Ciudad Vieja y secretario general de la Academia Salvadoreña de la Historia



RECUADRO

· Ciudad Vieja tiene una extensión aproximada de 45 hectáreas (64 manzanas)
· Guarda los restos de las casas de los moradores y de edificios públicos de la Villa de San Salvador, con el trazo en retícula, que se implementó en la mayor parte de América Hispana, así como del muro de piedras circundante –que evoca una especie de muralla- que respondía a las necesidades de defensa del lugar.
· A través de los siglos, las edificaciones fueron destruidas por las inclemencias del tiempo, así como por acciones humanas para obtener materiales de construcción con la ventaja de que nunca se levantó encima otro poblado, por lo cual permaneció el trazado original y los vestigios bajo tierra, solo disturbados por la acción agrícola de los habitantes de los contornos.
· Entre los hallazgos más recientes figuran los cimientos de cuatro estructuras, dos de las cuales ya fueron mencionadas por Fowler como parte de la Garita Oeste del acceso al sitio histórico.

Fuente: Investigación arqueológica en el sitio histórico Ciudad Vieja y diagnóstico de la valoración patrimonial en su entorno. José Heriberto Erquicia Cruz

No hay comentarios: